Verbo y gracia
Normatividad
21 de Octubre de 2011
Fernando Ávila
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Pregunta: ¿Es correcto decir que algo se hace según la normatividad establecida?, Juan Pablo Morales.
Respuesta: No. Lo correcto es decir que algo se hace según la norma, según las normas o según la normativa.
Pixeles
Pregunta: He visto escrito píxel y pixel. ¿Cuál es la forma más apropiada?, Marta Cecilia Parra.
Respuesta: Las dos formas son correctas para referirse a la ‘superficie homogénea más pequeña de las que componen una imagen’. La palabra está tomada del inglés pixel, acrónimo de pix, plural coloquial de picture, que significa ‘retrato’ o ‘imagen’, y element, ‘elemento’. En Colombia se usa más la forma aguda pixel, cuyo plural es pixeles.
Demasiado
Pregunta: Recientemente sostuve una acalorada y amigable discusión con un tío, cuyo punto central era el uso que muchas personas le dan en Colombia a la palabra demasiado como ‘muy bueno’, ‘extraordinario’, y no como algo ‘excesivo’. Yo sostuve que los significados de las palabras los crea el uso que un grupo grande de personas haga de ellos y que la Real Academia siempre va rezagada al incorporar nuevas acepciones y palabras. Por el contrario, él sostenía que el uso de demasiado como ‘muy bueno’ era un insulto al idioma y debía ser siempre censurado. Me gustaría que me comentara sus apreciaciones sobre lo anterior, Esteban Puyo.
Respuesta: Esa discusión de tío y sobrino es de seguro la misma que sostienen en sus reuniones los académicos de la lengua. Hay quienes opinan que el idioma es del pueblo y que el pueblo es el que les va dando sus significados y usos a las palabras. Estoy seguro de que en algún momento, el DRAE incluirá entre las acepciones de demasiado la de ‘mucho’, sin el matiz de ‘exceso’.
Sin embargo, lo correcto o incorrecto hay que medirlo por la norma del momento. El idioma tiene un momento en el que unos usos son arcaicos y otros demasiado novedosos. Cincuenta años antes esos usos arcaicos eran los normales y correctos, y cincuenta años después serán los normales y correctos los que hoy pecan por demasiado novedosos. Hay que ver cómo está hoy el idioma, cuál es su estado actual en medio de su evolución, y usar las palabras y seguir las normas del momento, sin preocuparse demasiado porque dentro de un tiempo cambien.
Son numerosos los cambios de los últimos años. En esta columna hemos dado noticia de muchos de ellos, y así seguiremos haciéndolo.
Americanismos
El Diccionario de americanismos, 2010, de la Asociación de Academias de la Lengua Española, incluye las siguientes palabras:
Lamparazo, usada en México, Panamá y Colombia, donde la puso de moda Alberto Casas, ‘trago grande de bebida alcohólica’.
Bagre, ‘persona muy fea’ (bien saben los oyentes de la W que el sentido que le da Casas es el contrario, por la figura retórica de la ironía).
Bagrerío, ‘conjunto de mujeres feas’.
Pirobo, colombianismo para ‘hombre homosexual’, ‘persona que se dedica a la prostitución’ o ‘persona despreciable’.
Cloch, del inglés clutch, como alternativa a cloche, que aparece en el Diccionario de la lengua española, 2001. La palabra se refiere tanto al ‘mecanismo que acopla el motor con el sistema de cambio de velocidades’, como al ‘pedal que lo acciona’.
Exhosto, voz colombiana para ‘tubo de escape’. ¡Una creación de los mecánicos del Siete de Agosto para nuestro patrimonio léxico!
Bómper, del inglés bumper, ‘barra de metal que llevan los automóviles en la parte trasera y delantera para protegerse de los golpes’. En Honduras y Nicaragua se usa también esta palabra para ‘nalgas de mujer’.
Cabrilla, colombianismo para ‘timón’ o ‘volante del vehículo’.
Faltan ruta, ‘vehículo que transporta a estudiantes o trabajadores’, como extensión del significado tradicional, que es ‘camino’, y lamevidrios, como se suele llamar a los empaques de caucho de las ventanas laterales del carro.
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