Curiosidades y…
Neuronas espejo y empatía II
15 de Febrero de 2013
Antonio Vélez |
Las neuronas espejo se desarrollan y maduran en el cerebro infantil por medio de las interacciones entre el yo y los demás. Luego, en la vida adulta, utilizamos estas mismas células para entender los estados mentales de los otros. Porque las neuronas espejo nos permiten adoptar el punto de vista de otro, tanto en sentido literal como metafórico. Es posible que tales neuronas permitan incluso que nos examinemos desde el punto de vista de los demás y así llegamos a adquirir conciencia de nosotros mismos, de lo que hacemos, e incluso, de quiénes somos. Es como si el yo estuviera observándose en un espejo virtual interno.
El comportamiento de imitación fiel sirve para accionar y lubricar la compleja maquinaria de interacción social. Así creamos fuertes enlaces con las personas que amamos y con las que nos acompañan. Y con esas mismas personas tendemos a ser más generosos, colaboradores y compasivos; además, las relaciones con ellos tienden a ser más amables y libres de conflictos serios. Los grupos humanos se hacen más unidos por medio de esos espejos neurológicos que tenemos siempre a nuestro alcance.
Las neuronas espejo forman un mecanismo didáctico de invaluable valor: nos permiten aprender por observación. Y es justamente el cerebro infantil, en formación, libre de prejuicios y manipulable, el más capacitado para aprender comportamientos por medio de la observación e imitación de sus mayores. Por eso la exposición directa a la violencia en la etapa infantil podría tener un efecto no despreciable sobre la violencia del sujeto adulto. En efecto, se observa que vivir entre actos violentos a edad temprana guarda cierta correlación con el comportamiento agresivo y delincuencial que exhibiremos más adelante en la vida adulta. Y con el consumo de drogas puede ocurrir algo parecido: cuando, por ejemplo, un exfumador ve a otro disfrutando de un cigarrillo, sus neuronas espejo se activan automáticamente, ya que facilitan una clase de imitación interna, y se aviva el deseo de fumar.
En particular, las neuronas espejo permiten que los gestos manuales de otras personas sean fácilmente comprensibles para los observadores, lo que facilita una comunicación muy efectiva y, además, sugiere un origen gestual y manual del lenguaje.
La intersubjetividad o capacidad de compartir significados ha sido considerada como un importante problema por el cognitivismo clásico. Si tengo acceso solo a mi propia mente, entidad privada a la que solo yo puedo llegar directamente, ¿cómo es posible que entienda la mente de otras personas, sus intenciones, algunos de sus secretos? La verdad es que los humanos no somos islas: estamos conectados desde el punto de vista biológico, y diseñados desde la perspectiva de la evolución para relacionarnos e interconectarnos mentalmente de modo muy profundo, a veces inconsciente, a fin de entendernos mutuamente, con las neuronas espejo como puentes de comunicación. En verdad, la empatía y la capacidad de imitación nos conectan de una manera muy efectiva.
Todavía es temprano para predecir el futuro del estudio sobre las neuronas espejo, y hay neurólogos serios que no se muestran tan optimistas como sus descubridores. Pero sí hay algo claro: ese espejo neuronal constituye un factor importante que seguro aportará nuevas luces para entender la forma como la red neuronal hace representaciones del mundo, crea nuestra autoimagen y, a la vez, la imagen de la mente de los otros. En suma, hace posible el comportamiento social.
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