Al Margen
Miniprovocadoras
14 de Enero de 2013
Seis meses de prisión tendrán que purgar las mujeres que se vistan de manera provocativa en Suazilandia. Y por provocativo debe entenderse el uso de minifaldas, pantalones descaderados, blusas sin mangas y otras prendas “indecentes y reveladoras”.
Así lo informaron las autoridades de ese país, a finales de diciembre, tras revivir una ley de 1889 que impuso códigos de vestimenta para los cerca de 300 colonos blancos que residían en su territorio.
La justificación es simple: según la policía suazilandesa, las mujeres que usan este tipo de vestimenta son responsables de las agresiones o violaciones que puedan sufrir. “La conducta del violador se facilita, porque es más sencillo quitar la pequeña prenda que llevan puesta”, explicó la portavoz oficial, Wendy Hleta, a los medios de comunicación locales.
“Yo he leído en las redes sociales que los hombres, e incluso algunas mujeres, tienden a ‘desnudar a la gente con sus ojos’. Esto se hace más fácil cuando la ropa es apretada o más reveladora”, agregó.
Además, para reforzar la prevención de las agresiones sexuales provocadas, los miembros del cuerpo policial les están enseñando a las suazilandesas la manera apropiada de recoger objetos del suelo. “Para las mujeres es de buena educación ponerse en cuclillas, con su tronco en posición vertical, en lugar de doblar la mitad de su cuerpo”, explicó Hleta.
No obstante, la portavoz no aclaró si las mujeres que recojan indecorosamente objetos caídos serán arrestadas o simplemente se les explicará el peligro que corren por excitar de manera tan descarada a los hombres.
Estas medidas fueron adoptadas en respuesta a las demandas de algunas jóvenes que buscan igualdad de derechos y seguridad, en un país donde las mujeres son consideradas menores de edad y dos tercios de las adolescentes han sido violadas.
Con esto, las autoridades pretenden desalentar las manifestaciones de mujeres en minifalda, como una que tuvo lugar recientemente, siguiendo el ejemplo del grupo de sudafricanas que, en febrero del 2012, decidió protestar en minifalda por los abusos de los que fueron víctimas dos jóvenes en una parada de taxis.
Eso sí, las más de 20.000 doncellas suazilandesas que bailan semidesnudas cada año para rendir homenaje a la Reina Madre, y de las cuales el rey Mswati III suele elegir a sus concubinas, pueden estar tranquilas, pues no serán objeto de represión penal por su escasa vestimenta.
Como puede suponerse, la lucha de las mujeres por la libertad de vestir no es nueva ni exclusiva de Suazilandia. A comienzos del año pasado, unas 30.000 mujeres se congregaron en Blantyre (Malaui), para reclamar su derecho a usar pantalones. La protesta ocurrió, luego de varios ataques de vendedores ambulantes a mujeres que llevaban puestos pantalones ajustados o minifaldas. Valga decir que, desde 1994, las malauíes tienen derecho a ponerse estas prendas.
Y en septiembre del 2011, decenas de mujeres se manifestaron a favor de la minifalda en Indonesia, elevando pancartas que decían: “mi minifalda, mi derecho” y “no nos digas a nosotras cómo vestirnos, diles a ellos que no nos violen”. La protesta fue organizada porque el gobernador de Yakarta, Fauzi Bowo, le echó la culpa de una violación a la víctima, que iba vestida con una minifalda. Además, Bowo les recomendó a las indonesias no subirse con esta prenda a los buses, para evitar ser violadas. El político tuvo que pedir disculpas por eso.
(Fuentes: iol.com.za y BBC Mundo)
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