Verbo y gracia
Los nativos digitales
19 de Enero de 2012
Fernando Ávila Especial para ÁMBITO JURÍDICO
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Leí la carta de renuncia del profesor Camilo Jiménez a su cátedra en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Javeriana. Me parece muy valiente su denuncia y nada alejada de la realidad. Lo digo porque también fui catedrático de redacción y así como tuve maravillosas experiencias tuve también decepcionantes encuentros con los nativos digitales.
Jiménez dice que los nativos digitales no tienen capacidad de reflexión. Eso es verdad. La última vez que tuve a mi cargo una cátedra de redacción en una universidad de élite, me fue imposible poner a los alumnos en trance de reflexión, lo que lograba fácilmente en mis clases del siglo pasado e incluso en algunas de esta centuria con gente proveniente del campo. A la cuarta clase del semestre renuncié.
El señor rector me preguntó muy preocupado si los alumnos habían tenido algún comportamiento indebido conmigo. Le contesté que no, que eran excelentes personas, trilingües, buenos lectores, con el cerebro bastante activo, pero que me era imposible empatar intelectualmente con ellos dada su facilidad para atender de forma simultánea bloc, celular, tableta, clase y novia. Yo necesito un público que al menos durante los 45 minutos que dura la clase se concentre, reflexione y deduzca. Eso ya no existe.
Querido colega Jiménez, lo comprendo, me solidarizo y lamento que nuestra época ya haya pasado.
Plus
Pregunta: ¿Cuál es su plus?, Ximena López.
Respuesta: La palabra plus alude a lo que se agrega de manera gratuita para mejorar lo ofrecido. El plus de un producto de consumo masivo puede ser la facilidad de almacenamiento; el de un curso de ventas, la oportunidad de simulacros didácticos; el de un profesor, su mayor acercamiento a las raíces de la ciencia…
Aunque aparece en frases latinas como non plus ultra, ‘no más allá’, no es extranjerismo, sino palabra española de origen latino, por lo que su plural es regular, pluses, y su escritura dentro del texto debe ser normal, no en cursiva.
¡Ah!, y mi plus, por el que pregunta usted, es mi amor al idioma español. ¿O no?
Membrecía
Pregunta: Estaba escribiendo unas instrucciones para los socios del club; tecleé membresía, con s; el computador me la subrayó en rojo; busqué en el Panhispánico, y encontré membrecía, con c, y grité ¡qué es esto, por Dios! ¿Usted me podría sacar de la duda?, Clara M. Lozano P.
Respuesta: No se preocupe, Clara, déjela con s. Esta palabra que significa ‘condición de miembro’ o ‘matrícula en un club o sociedad’, viene en el Diccionario de la lengua española, 2001, con s; en el Panhispánico, 2005, con c, y en el Diccionario de americanismos, 2010, con s y con c. Las dos formas son válidas. La más usual en Colombia es membresía, con s, según pude comprobar en Google. Busqué en páginas de Colombia membresía, con s, y aparecieron 153.000 citas en ocho décimas de segundo. Marqué membrecía, con c, y aparecieron 89.100 citas en el mismo tiempo.
¿Pasa esto con otras palabras? No mucho, pero hay una palabra que tiene cuatro formas correctas y todas con el mismo significado: cebiche, sebiche, ceviche y seviche.
Legítimo
Pregunta: Mi secretaria escribió legitimo, sin tilde, donde debía escribir legítimo, con tilde en la primera i. Le hice el reclamo (¿o reclamación?) y me salió con que el computador no le subraya el supuesto error. ¡Hágame el favor! ¿Me le puede decir algo?, Clara M. Lozano P.
Respuesta: Querida secretaria de Clara, existen legítimo, legitimo y legitimó, que pueden ir en distintos contextos: el procedimiento es legítimo (esdrújula), yo legitimo el procedimiento (grave), él legitimó ayer el procedimiento (aguda). La distinción no la puede hacer el computador, que reconoce como correctas las tres formas, sino usted, oyendo bien el sonido de la palabra, para tildarla cuando corresponde.
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