Verbo y gracia
Laico
16 de Agosto de 2017
Fernando Ávila
Fundación Redacción
Pregunta: En “Las presuntas tesis del papa que indignan a José Galat”, revista Semana, se escribió lo siguiente: “José Galat, presidente de la Universidad La Gran Colombia, arrecia en sus comentarios contra el pontífice”, y posteriormente vuelve a calificar al señor José Galat como el más laico. Como personaje público que es, se sabe que el señor Galat es profundamente religioso, por tanto, ¿está bien utilizado el calificativo de laico?, Fabio Bastidas.
Respuesta: Sí está bien. La palabra laico tiene dos significados. Uno, ‘independiente de cualquier organización o confesión religiosa’, como cuando se habla de Estado laico por oposición a Estado confesional, o de enseñanza laica como opuesta a enseñanza religiosa, y otro, ‘que no tiene órdenes clericales’. Este último es el que se aplica a Galat, que es bautizado, pero no tiene órdenes clericales, que son tres: diaconado, presbiterado y obispado (de menor a mayor).
En la Iglesia católica hay dos clases claramente diferenciadas, por un lado, los que han recibido el sacramento del orden, cerca de 500.000 hombres, y por otro, todos los demás bautizados, sean practicantes o no, cerca de 1.000 millones de personas. Los no laicos, es decir, los clérigos, o miembros de la jerarquía, son algo más de 5.000 obispos, algo más de 415.000 presbíteros, comúnmente llamados sacerdotes o padres, y cerca de 45.000 diáconos permanentes.
La palabra religioso se refiere en este contexto a la persona ‘que forma parte de una orden o congregación religiosa’. Las órdenes religiosas son, por ejemplo, los jesuitas, los agustinos, los franciscanos, y las congregaciones, los hermanos corazonistas, los maristas, las salesianas, las pachas. Los miembros de estas comunidades son los que el derecho canónico llama religiosos.
El asunto se complica, o se vuelve más interesante, según se vea, cuando se advierte que los sacerdotes diocesanos, muchos de los cuales tienen a su cargo las parroquias de las diversas diócesis, no son religiosos (canónicamente hablando), porque no forman parte de una comunidad religiosa. Es error común tomar como sinónimas las palabras sacerdote y religioso, pero, como se ve, hay una buena cantidad de sacerdotes, casi la mitad, que no son religiosos, pues no viven en comunidad.
Y más interesante, o si se prefiere, más enredado, la mayoría de los hombres y la totalidad de las mujeres que forman parte de comunidades religiosas son laicos, pues no han recibido el sacramento del orden. En la vida real, muchas monjas desconocen su condición de laicas, pero lo son. Y algunos clérigos, como los diáconos permanentes, creen ser laicos, por su condición de casados, pero no lo son.
Para ponerle caras conocidas a toda esta teoría, el papa emérito Benedicto XVI no es religioso, pues proviene del clero diocesano alemán, mientras que el papa Francisco sí lo es, por su condición de jesuita; Andrés Hurtado, educador y fotógrafo, es religioso, pues pertenece a la comunidad de los hermanos maristas, y es laico, pues no ha recibido el orden sacerdotal; la hermana Liliana Ordóñez, del programa de televisión Bocaditos del cielo, es religiosa laica, y José Galat es laico católico no religioso, lo mismo que otros bautizados que no hayan apostatado ni hayan sido excomulgados por una autoridad eclesiástica.
Iglesia
Cuando un sacerdote es dispensado de su compromiso celibatario, generalmente con el fin de contraer matrimonio, se suele decir que abandona la Iglesia. Aquí es importante distinguir la palabra Iglesia de la palabra clero. Generalmente, los sacerdotes que obtienen esa dispensa dejan el clero, pero no la Iglesia. O en todo caso, dejan su iglesia, con minúscula (‘templo’ a su cargo), pero siguen siendo miembros de la Iglesia, con mayúscula (la institución), como laicos.
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