Curiosidades y…
La oveja Dolly
03 de Agosto de 2016
Antonio Vélez M.
Dolly, una oveja, fue el primer mamífero obtenido por clonación. El nombre se le debe a la cantante Dolly Parton, la reina rubia del country. El nacimiento ocurrió el 5 de julio de 1996, aunque la noticia se difundió solo seis meses más tarde, hasta que los autores de la hazaña biológica estuvieron seguros de que el animal había pasado todos los controles de salud. Sus creadores fueron Ian Wilmut y Keith Campbell, científicos del Instituto Roslin, en Edimburgo. Hasta ese momento se creía que solo se podían obtener clones de una célula embrionaria, es decir, no especializada, pero la célula de la que provino Dolly fue extraída de una glándula mamaria de una oveja adulta.
Ese día de julio la inteligencia humana vivió un momento estelar, y Dolly, junto con sus padres putativos, Wilmut y Campbell, se convirtieron en celebridades mundiales. La oveja, como una joya preciosa, estuvo toda su corta vida, seis años, celosamente cuidada y superprotegida. Después de su muerte, en el 2003, y por eutanasia, pues estaba sufriendo de una enfermedad pulmonar progresiva, se disecaron sus restos y se eternizaron en el Museo Real de Escocia.
Dolly no tuvo niñez, sus células eran adultas (sus telómeros eran más cortos, señal de envejecimiento), sin embargo, alcanzó a tener seis descendientes, después de cruzarla con un macho de la raza Welsh Mountain. De su primer parto nació Bonnie, al año siguiente tuvo mellizos, Sally y Rosie, y en el siguiente parto, trillizos: Lucy, Darcy y Cotton.
Cuando la oveja cumplió los cinco años de edad, se descubrió que sufría de una artritis prematura, lo que permitió sospechar que podría tener otros problemas de salud. Destaquemos que algo similar ha ocurrido con otros animales clonados: presentan malformaciones genéticas y físicas. Y por el hecho de nacer con sus células ya adultas, Dolly envejeció prematuramente, mucho antes de cumplir los 20 años, que es la vida esperada de las ovejas normales. Cabe agregar que varios de los que han trabajado en la clonación de animales han registrado un índice muy elevado de abortos naturales, de mortalidad posnatal y de inconvenientes de salud.
En este momento existen cuatro clones de Dolly, “Las Dollyes”, como se las llama, que gozan de muy buena salud, lo que hace pensar que Dolly va en camino de volverse eterna. Fueron creadas con copias idénticas del material genético suyo, pero se usaron técnicas mejoradas de clonación.
Se calcula que ahora hay en el mundo más de 300 mamíferos clonados con la misma técnica escocesa, aunque mejorada, entre vacas, ovejas, cabras y ratones. Se investiga también con primates y perros. El primer animal clonado en África fue la becerra Futi, a partir del ADN de una vaca que daba 78 litros de leche diariamente, un verdadero récord lácteo. Un ejemplo que promete ser una aplicación importante de la técnica de transferencia nuclear, que podría utilizarse para crear un número indefinido de clones de los mejores animales de granja. En una subasta en EE UU ya se vendieron clones de vacas muy seleccionadas, a 40.000 dólares cada ejemplar.
Nadie duda de las ventajas de la clonación en el mundo animal, mientras que para los humanos, en medicina son bien esperanzadoras las aplicaciones derivadas de las células madre. Una muy especial es la posibilidad de obtener cultivos de tejidos de cualquier persona adulta, que luego podrían ser trasplantados sin riesgo alguno de rechazo. Bastaría extraer células especializadas de cualquier parte del cuerpo del adulto y transferir sus núcleos a un óvulo, para producir un embrión del cual se podrían obtener tejidos genéticamente idénticos a los del donante. La lista de dolencias concretas que podrían tratarse con tejidos obtenidos por clonación es alentadora: quemaduras graves, diabetes y Parkinson, entre otros. El futuro es bien prometedor, pero tiene muchos opositores.
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