La ley lunes

El pasado 28 de julio, justamente una semana después del comienzo de la legislatura 2014 – 2015, el representante a la Cámara por el departamento del Cesar Alfredo Ape Cuello Baute radicó un proyecto de ley que busca declarar al lunes como el primer día de la semana.

Sí, al lunes (y sí, un proyecto de ley para eso). Claro, no teníamos noticias de que, para el grueso de los colombianos, la semana pudiera comenzar en un día distinto al, por muchos, malquerido lunes: ese que no pocos reciben con evidente desgano y malhumor, porque marca el inicio de una nueva, rutinaria y, a veces, tortuosa semana laboral (una más cotizada para la pensión, dirán algunos).

Pero lo que para muchos no tiene discusión (y, a decir verdad, mayor interés), para este representante es un punto de especial trascendencia, ya que, en el pasado, según se lee en la exposición de motivos de la iniciativa, “al no aclararse la situación que aquí se plantea, y ante el hecho de que la semana litúrgica dispone el inicio de la misma en el domingo, pueden presentarse ambigüedades en la interpretación de las leyes”.

El legislador no da ejemplos, pero comenta que como la actual legislatura arrancó un domingo (20 de julio), para los honorables congresistas no era claro cuándo iniciaba la siguiente semana, para efectos de las tareas propias del Legislativo: si al día siguiente, es decir, el lunes, o al siguiente domingo, esto es, ocho días después (con el simple enredo que genera explicarlo, le va dando uno la razón al representante Cuello).

Sin embargo, la propuesta es sencilla y contundente. Consta de tres artículos, de fácil interpretación, que, en principio, no deberían generar mayor debate. Primero: Declárase el día lunes como el primer día de la semana en Colombia. Segundo: Ordénese el ajuste de todos los calendarios para este particular. Tercero: La presente ley rige a partir de su fecha de sanción.

Tal vez los mayores problemas que podría generar la norma, al menos en el papel, serían para ciertos cultos religiosos. En la tradición judía, el shabat es el séptimo día de la semana, un día de reposo que tiene una connotación sagrada, porque fue aquel en el que Dios descansó, después de su obra creadora. En ese sentido, no hay duda de que, para un judío, el primer día de la semana es y será el domingo, por más de que una ley diga otra cosa.

La misma costumbre siguen los adventistas del séptimo día, que también descansan el sábado. De hecho, en Europa, a comienzos de febrero, este grupo religioso entró en disputa con colectivos sociales que impulsaban una legislación para garantizar el domingo como día de descanso, iniciativa que, a juicio de los adventistas, atentaba contra la libertad de culto. “La legislación jamás tiene que discriminar por motivos religiosos. Una ley que establezca el domingo como un día universal libre de actividades laborales haría precisamente eso”, afirmaron.

Pero el proyecto de Cuello no establece en que día se descansa, solo que la semana comienza el lunes. Y, para ello, se basa en la Norma ISO 8601, adoptada en 1988, que indica el orden de los días de la semana, señalando, claramente, que comienza el lunes (día uno) y finaliza el domingo (día siete). El argumento se refuerza con la norma 2772 del Instituto de Normalización Holandés (NEN), citada por el representante, que también señala que la semana comienza el día lunes.

Y como este es un país de normas, no se nos haga raro que una ley termine por unificar los almanaques, para que en todos, sin excepción, las semanas arranquen un lunes y no un domingo.