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La inversión extranjera en el futbolista colombiano
07 de Mayo de 2012
César Giraldo
Socio GHER & Asociados
Twitter: @GHER_ASOCIADOS
Para nadie es un secreto que Colombia, desde el punto de vista económico, vive un gran momento. No es en vano que al cierre de los primeros cuatro meses del 2012, el Índice General de la Bolsa de Valores de Colombia tuvo el noveno mejor desempeño entre un centenar de mercados en todo el mundo, así como que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe pronostique que el crecimiento económico para el presente año sea de aproximadamente el 4,3 %.
Al ser Colombia un mercado emergente, muchos empresarios han puesto los ojos en este país que, al parecer, está recuperando la confianza inversionista.
Los futbolistas colombianos no han sido la excepción a esta bonanza económica. Durante el verano europeo pasado, ya vimos cómo la transferencia de Falcao García al Atlético de Madrid fue la transacción más costosa del mercado español. Igualmente, podemos señalar el préstamo de Freddy Guarín al Inter de Milán o los rumores que ya empiezan a rondar por las futuras transferencias de Luis Muriel y de James Rodríguez en el próximo verano.
De acuerdo a las estadísticas de la FIFA, Colombia, junto a Francia y Uruguay, es el tercer país que más exporta jugadores al exterior, detrás de las superpotencias Brasil y Argentina. En un mercado que durante el 2011 movió aproximadamente tres billones de dólares, un gran porcentaje de estos fueron destinados a los pases de jugadores nacidos en el país cafetero.
Dicha situación se está dando principalmente por dos factores, a saber. En primer lugar, el futbolista colombiano es un jugador muy bien dotado técnicamente y su precio, para el mercado internacional, es bastante atractivo.
Esta situación fue descubierta por nuestros hermanos argentinos hace algún tiempo, quienes muy hábilmente, empezaron a comprar jugadores baratos y los vendían costosos (caso Iván Ramiro Córdoba, en San Lorenzo; Mario Yepes, Juan Pablo Ángel y Falcao, en River Plate; Óscar Córdoba, en Boca Juniors, entre otros), lo cual dio excelentes resultados financieros en su momento a los clubes celestes.
En ese entonces, muchos equipos europeos se acercaban a Argentina y compraban los pases de estos jugadores casi al triple de lo que se había pagado por ellos. Vale la pena señalar que en esos momentos la solidez económica europea daba para pagar las cantidades exigidas por los clubes argentinos.
Sin embargo, la historia ha cambiado y estos equipos han tenido que ir a los mercados emergentes a buscar a los jugadores directamente, sin pagar el “peaje” que se pagaba en tierras gauchas. Adicionalmente, toca tener en cuenta que en agosto de este año entra en vigor el Financial Fair Play de la UEFA, que en términos generales obliga a los clubes a equilibrar sus cuentas, de forma que no pueden gastar más de lo que les ingresa, reduciendo los excesos que han puesto en peligro el fútbol en los últimos tiempos.
En segundo lugar, está la nueva generación de jugadores colombianos, los cuales en su gran mayoría han dejado una gran imagen en el exterior, situación que se ve reflejada en la credibilidad de los clubes internacionales en el talento nacional.
Estos factores deberían ser tomados en cuenta por todas las personas que hacen parte de la “familia del fútbol” en Colombia. Dichos movimientos económicos y jurídicos que están pasando alrededor del mundo y que afortunadamente son provechosos para nuestro país pueden ser una gran ayuda para el déficit que viven la gran mayoría de nuestros equipos.
Formar jugadores puede ser la solución a muchos de los problemas financieros que hoy tienen los clubes en Colombia, ya que los pases de las futuras figuras de este deporte pueden ser vendidos directamente a EE UU o Europa, obteniendo una gran utilidad. Ya tenemos el caso de Oswal Álvarez, quien fue transferido el mes pasado al fútbol Belga por parte de Academia Compensar y, como ya se sabe, por un muy buen monto.
Luego de la expedición de la Ley 1445 del 2011 (la conocida Ley del Deporte), donde los equipos están obligados prácticamente a actuar como compañías, estos deberían ver y valorar sus canteras, que son el activo más importante.
Es importante saber que detrás de un jugador en formación no solo está el valor de su pase, sino que además se encuentra la famosa indemnización por formación establecida por el artículo 20 del Estatuto y la Transferencia de Jugadores de la FIFA, así como el Mecanismo de Solidaridad, establecido en el artículo 21 del mismo estatuto, aplicable a transferencias internacionales.
Igualmente, es hora de usar las herramientas financieras que permite la legislación para trabajar en nuestro fútbol, tales como fondos de inversión, emisión de acciones para cotizar en la bolsa, derechos de imagen, vehículos de inversión, etc., los cuales son usados por los grandes equipos del mundo para fortalecer sus finanzas.
*Algunos datos de este artículo fueron sacados de FIFA World, www.uefa.com y www.portafolio.com.co
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