Al Margen
La Bancada Animalista
15 de Noviembre de 2011
Un grupo de congresistas se unió para defender los derechos de los animales. Creada a comienzos de este año, la Bancada Animalista está conformada por unos pocos miembros de los partidos mayoritarios, como el Liberal, el Conservador, el Polo, el Verde y la U, y cuyos colores partidistas también representan los plumajes de nuestras aves silvestres: rojos como petirrojos, azules como azulejos, amarillos como canarios, verdes como loros y U como urracas.
La bandera política de esta bancada es proteger a toda la fauna colombiana del maltrato humano. ¿Toda la fauna? Sí, toda, lo que incluiría, principalmente, a la que se pasea a diario por el Capitolio.
Delfines, que los hay presidiendo la Cámara. Lagartos, que abundan por todas las comisiones. Micos, que siempre se trepan en cuanto parágrafo o inciso de ley encuentran. Aves de rapiña, algunas de las cuales ya encontraron en la cárcel La Picota su hábitat natural, junto a roedores que siguen en la mira de la justicia penal. Toda la taxonomía de los osos, como los perezosos que se duermen en los debates, o el gran oso polar que hizo el Presidente del Senado al decir que su salario mínimo de 16 millones de pesos apenas le alcanzaba para tanquear sus dos camionetas. Y dinosaurios que, a diferencia de los ya extintos, aún no se jubilan del Congreso. Todos ellos estarían amparados por las iniciativas de la bancada. |
Pero para que no les decreten la pérdida de investidura por incurrir en conflicto de intereses, los congresistas de la Bancada Animalista armaron toda una estrategia política para proteger a nuestros congéneres, con el fin de unirse a la ola mundial de lucha a favor de los derechos de los animales.
El programa incluye cine-foros en los que se exhiben películas y documentales que muestran la grandeza de los animales (los programas institucionales del Congreso se seguirán presentando en el Canal 9, en horario prime time); planes de adopción canina y felina en las principales ciudades del país (parejas gay sí pueden adoptar perros y gatos); proyectos de ley para penalizar el maltrato animal y que convierten la educación en cuidado de los animales tan obligatoria como la religión, y un referendo para que la dignidad animal tenga el mismo rango superior que la humana.
Se le debe abonar a la Bancada Animalista que en su lucha por garantizar los derechos de los animales no incluyeron proyectos para revivir los auxilios parlamentarios o las inmunidades políticas como las planteadas por el senador que hizo el oso polar ya comentado.
El proyecto de ley que penaliza la crueldad contra los animales es el de mayor rigor jurídico. Se castigaría con cárcel la inasistencia alimentaria contra las mascotas, al igual que el homicidio agravado cometido contra un animal por motivo abyecto o fútil. De convertirse en ley, serán los jueces los que interpreten si las corridas de toros son un motivo abyecto o fútil.
Sin embargo, el proyecto no penaliza el abuso sexual de animales. ¿Estaremos ante una omisión legislativa relativa, sujeta a un exhorto de la Corte Constitucional para que el Congreso expida una ley que regule el tema?
Descuido incomprensible, si se tiene en cuenta que en la exposición de motivos se justifica la garantía de los derechos de los animales con citas bíblicas como la siguiente: “No te unirás con bestia, haciéndote impuro con ella. La mujer no se pondrá ante una bestia, para unirse a ella” (Levítico 18:13).
De ser exitoso el referendo, sería el único, lo cual haría sentir muy mal a un expresidente y a la senadora de la cadena perpetua, cuyos referendos han sido verdaderos fiascos.
El curso obligatorio de protección animal trae todo tipo de instrucciones pedagógicas, pero, por fortuna, no obliga a que el álbum de animales de chocolatinas Jet sea el libro obligatorio para profesores y estudiantes.
Todos son proyectos. Buenas intenciones. Falta ver qué sensibilidad animal tiene nuestro Congreso y cómo tramitará todas estas iniciativas. El que quiera y lo considere, puede declararse impedido.
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