Verbo y Gracia
Gamín
02 de Junio de 2011
Fernando Ávila
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Seguimos adelante con nuestra primera exploración del Diccionario de americanismos, de la Asociación de Academias de la Lengua Española, Madrid, 2010.
Gamín fue palabra muy usada hace años. La Academia no acogió el término de origen francés, y propuso en distintas ocasiones cambiarlo por niño de la calle o pelafustán. Las señoras furiosas nunca quisieron decir “¡un niño de la calle me rapó los aretes!”, y los estilistas, por su parte, nunca preguntaron a sus clientes si querían un corte “estilo pelafustán”. Ahora la palabra figura con pleno derecho en el mataburros.
La palabra man, que se usa a menudo entre los más jóvenes y que se ve a diario en periódicos populares, aparece en cursiva como voz inglesa, con el sentido de ‘hombre’ o ‘individuo’. Aquí faltó un poco más de audacia para haberla dejado en redonda, como voz española de etimología inglesa, como barman o guachimán, ambas de origen inglés y con el elemento compositivo man, que ya forman parte del patrimonio léxico español.
En cambio sí debieron quedar en cursiva, el argentinismo parlatutti (‘charlatán’), puesto que en español no hay doble t, y el anglicismo loby (‘cabildeo’), puesto que la españolización correcta no está en quitarle una b a la forma inglesa lobby, sino en cambiarle la i griega por i latina, como en poni, penalti, dandi, panti, sexi… El mismo error, en el argentinismo toby (‘payaso’).
Copetón no solamente figura como el pajarito que todas las mañana nos despierta con sus trinos, sino también con el sentido muy bogotano de persona ‘ligeramente borracha’. Lobo y loba definen a gente ‘de apariencia desagradable y de mal gusto’.
Embolatada es persona ‘muy atareada’, ‘que está absorta en algo y no repara en lo que pasa alrededor’. Mosquearse es ‘darse cuenta alguien de una situación que le incumbe pero que no conocía’. Chimbo es un cheque ‘sin fondos’, y chimba, una cosa ‘de mala calidad’, de manera que quedó por fuera el nuevo sentido que los jóvenes le dan a chimba, ‘lo último en guarachas’.
Esfero
Las tan criticadas palabras bogotanas esfero, esferógrafo, esferográfico y esferográfica están en el Diccionario de americanismos como sinónimos de lapicero, bolígrafo o birome, esta última muy usada en la Argentina.
También figuran leguleyada, ‘maniobra aparentemente legal, pero con fondo fraudulento’, y mico, ‘texto que se incorpora a una ley durante el proceso de estudio o aprobación, que pretende favorecer a alguien o algo, de manera subrepticia’.
Las interjecciones ¡gácatela!, ¡ústele!, ¡epa!, ¡chupe! están al lado de muchas otras.
Moda femenina
Por fin aparecen las palabras brasier, ‘prenda interior femenina para sujetar el pecho y darle forma’, que el Diccionario de la lengua española insistía en llamar sujetador o sostén; cuco, ‘prenda interior femenina que cubre la parte inferior del tronco y tiene dos aberturas en las piernas’; chor, ‘pantalón que cubre hasta la mitad del muslo, y eslac, ‘pantalón de mujer que llega hasta los tobillos’. Este último registro resulta extemporáneo, pues ya ninguna mujer usa eslacs.
Doctor
Pregunta: ¿Cuál es el origen de la palabra doctor?, Harold Caicedo.
Respuesta: Según Ricardo Soca, autor de La fascinante historia de las palabras, doctor se empezó a usar en el siglo XIII con el sentido de ‘maestro’ o ‘el que sabe’. Es palabra emparentada con docto, docencia, documento, doctrina, dogma, dócil, voces que tienen la misma raíz, el verbo latino docere, que significa ‘enseñar’.
En 1462 aparece por primera vez doctor como título universitario.
En Colombia tiene hoy un uso social, de respeto, aplicado a todo egresado universitario, y un uso académico, que corresponde al nivel más alto en la escala educativa, después de magíster (en femenino, magistra), título que reciben los egresados de una maestría.
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