En la ventana
Fuera del closet
29 de Marzo de 2011
Cristina Castro
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A cuenta gotas, Barack Obama ha logrado un revolcón en las políticas a favor de la comunidad gay en EE UU. El Presidente ha acompañado iniciativas legislativas y ha tomado decisiones que transformarán el ordenamiento jurídico desde todas las esquinas. Su oposición a la “ley del matrimonio” que rige desde 1996 y que limita esta institución a la unión entre el hombre y la mujer ha sido la más polémica, pero no la única.
No sorprendió que Obama le pidiera hace algunas semanas al Departamento de Justicia que no utilizara la facultad que tiene de invocar esta ley para oponerse al matrimonio de parejas del mismo sexo. Esta salida pública ha hecho suponer que el país podría avanzar en aprobar estas uniones, que hoy solo son autorizadas en siete Estados: Connecticut, Iowa, Massachusetts, New Hampshire, Vermont, Hawai y Washington. Su apoyo a estas parejas lo llevó también a obligar a los hospitales a no limitarles a sus pacientes gay el derecho de visitas ni la facultad de incidir en las decisiones de su pareja.
Obama venía de darse una pelea más compleja. En diciembre firmó una ley que derogó la prohibición de que la población LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transgénero) sirviera en el Ejército de los EE UU. Este veto era conocido como “Don’t ask, don’t tell” (“No preguntes, no cuentes”), pues hacía que los soldados ocultaran sus tendencias sexuales para poder permanecer en las fuerzas armadas. Por eso, el día de su expedición, en medio de gran júbilo, el Presidente dijo: “Ya no le pediremos a miles de uniformados que vivan una mentira”.
En medio de este encendido debate, el Presidente colgó un video en Youtube en el que se dirige a los norteamericanos refiriéndose al suicidio de dos adolescentes, que se quitaron la vida por el hecho de ser homosexuales. “Las cosas van a mejorar”, fue el mensaje de la intervención.
Y las cosas están mejorando. De la época en que George W. Bush presionaba desde la Casa Blanca la reforma constitucional para prohibir las parejas del mismo sexo ya queda muy poco. Obama incluso nombró por primera vez a un homosexual como parte de su gabinete. Desde hace un mes, Jeremy Bernard es su secretario social y el encargado de sus actos protocolarios. Con razón, muchos medios aseguraron que si este es el hombre que manejará las relaciones sociales de la Casa Blanca, solo puede esperarse que lleguen buenos vientos.
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