Verbo y gracia
¿Español o espanglish?
10 de Junio de 2015
Fernando Ávila
Pregunta: ¿Realmente se puede uno comunicar en español y sobrevivir al matoneo? ¿Cree usted que si yo voy por ahí escribiendo dosier, cuórum, sumun y pronunciando en español iceberg, gay, display, la gente que me lee y que me oye no me tomará por loco? ¿No le parece mejor dejar que uno escriba y hable en espanglish y salve así el pellejo?, Andrés Peralta G.
Respuesta: Si de salvar el pellejo se trata, sin ninguna duda hay que optar por el espanglish, pero si de lo que se trata es de salvar el idioma, hay que perderle el miedo a la escritura de las palabras en español, yacusi, estándar, escáner, estrés, bluyín, márquetin, castin, champú, yogur, poni, sexi, clic, puzle, neoyorquino, mánager, tutifruti, grafiti…
Preferir los exónimos españoles, Londres, Milán, Maguncia, Nazaret, Belén, Jersusalén, Brasil…, a los ingleses, London, Milan, Mainz, Nazareth, Belem, Jerusalem, Brazil… Bautizar a los niños con nombres españoles, Marta, Tomás, Juan, Pedro…, con preferencia a sus versiones en inglés, Martha, Thomas, John, Peter…, e incluso registrar nuestros comercios con nombres en español, salón de belleza, con preferencia al inglés, beauty salón, o al francés, salon de beauté…
Qué bueno que algún día Café Valdez ofreciera sus productos en español, café con leche y café exprés…, y no en italiano caffèlatte y espresso… Y que los confeccionistas superaran el pánico de lanzar al mercado productos en español, yin, bluyín, brasier, chor, licra…, en tallas grande, mediana y pequeña, y no siempre en idioma extranjero, jean, blue jean, brassiere, short, lycra…, en tallas large, medium y small.
Ningún favor se le hace al idioma argumentando que en español se ve feo, que no vende, que parece ñero, que si acaso para negociar mercancías en El Machetazo, pero no para vender cosas finas en las grandes superficies de los grandes barrios de las grandes ciudades. Hay que vencer el complejo de inferioridad de lo nuestro, de nuestra cultura, de nuestro idioma, frente a lo foráneo, que no por ser foráneo es mejor.
Hay exitosas marcas internacionales que fueron concebidas en español o que tienen una morfología coincidente con nuestro idioma, como Coca-Cola, Mercedes Benz, Atari, Adidas, Nintendo, Chivas…, y nacionales con igual vocación de triunfo, como Éxito, La Rosa, Caracol, Colmena… Unas y otras superan a competidores de nombres gringos, franceses o alemanes.
Dio fe
Pregunta: En las notarías ponen un sello que dice «El Notario Tal dió fé…». Así, con tilde en dio y con tilde en fe. ¿Es correcto? Aurelio Méndez P.
Respuesta: ¡La ortografía de la inercia! ¡Cuántas veces habrán mandado hacer ese sello desde 1952, cuando se eliminaron esas tildes! Hoy, como es bien sabido, se escribe dio fe, sin tildes.
Este y esté
Pregunta: ¿Por qué se quitó la tilde de éste? ¿Cómo se distinguen ahora el pronombre y el adjetivo?, Aurelio Méndez P.
Respuesta: Se quitó por inútil. La norma pretendía diferenciar el pronombre del adjetivo, como usted lo señala, «Mire este caballo» (adjetivo) y «Mire éste» (pronombre), pero lo que realmente distingue el adjetivo del pronombre es la presencia o ausencia del sustantivo. No los distingue la tilde, sino el caballo.
La eliminación de esa tilde, que data del 2010, se extiende a doce pronombres, este, ese, aquel, esta, esa, aquella, estos, esos, aquellos, estas, esas, aquellas. Todos ellos se rigen ahora por la regla general de graves y agudas, lo que los deja sin tilde.
Hay que tener cuidado de no confundir esos pronombres con las inflexiones está, esté, estás, del verbo estar, que sí llevan tilde, por ser agudas terminadas en vocal o en s, «Cuando este documento esté listo me lo deja ver, y cuando este esté firmado, lo envía». Observe en el ejemplo adjetivo (este documento) y pronombre (cuando este) sin tilde, y verbo (esté) con tilde.
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