Al Margen
El ‘software’ abogadil
14 de Marzo de 2011
Ya es posible. Los trabajos para los que antes se requería contratar a todo un bufete de abogados, elegantes y distinguidos, ahora pueden ser realizados por uno solo, que bien puede trabajar en mangas de camisa frente a un computador.
Los clientes ya no tienen que incurrir en mayores costos. Los avances en la creación de inteligencia artificial han dado a luz a un nuevo software, conocido como e-discovery, que puede analizar documentos en un menor tiempo y por menos valor del que cobraría toda una legión de jurisconsultos.
Los tiempos cambiaron. Con este software, los 2,2 millones de dólares que cinco estudios de televisión tuvieron que pagarle en 1978 a un pelotón de abogados para que examinará seis millones de documentos con miras a entablar una demanda antimonopolio contra la CBS pasaron a ser una anécdota más en la historia de los pleitos legales.
En enero, por ejemplo, la compañía informática estadounidense Blackstone Discovery ayudó, con su software, a analizar 1,5 millones de documentos, por menos de 100.000 dólares. Y hay un beneficio más: la gente se aburre, las computadoras no. Así lo apunta Bill Herr, un abogado que, a finales de los ochenta, tuvo que reunir a cientos de colegas para leer y analizar documentos durante semanas enteras.
En su aspecto más básico, el e-discovery utiliza criterios de búsqueda para encontrar y clasificar documentos, ubicándolos en un contexto determinado. Por ejemplo, si un usuario escribe la palabra “perro”, puede hallar documentos que mencionan a “el mejor amigo del hombre”. Pero eso no es todo. Este software tiene una capacidad deductiva, que imita los razonamientos de un ser humano. |
El e-discovery está en capacidad de identificar las discusiones que podrían haber tenido lugar a través de correo electrónico, mensajes instantáneos y llamadas telefónicas. También puede descubrir las anomalías digitales que los delincuentes de cuello blanco suelen crear para encubrir sus actividades. Y va más allá: puede reconocer el tipo de sentimiento con el que se escribe un mensaje y descubrir cambios sutiles en el estilo de una comunicación, lo que podría dar indicios, por ejemplo, de una situación estresante.
Tom Mitchell, presidente del Departamento de Máquinas de Aprendizaje de la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh (EE UU), cree que el impacto económico de este avance informático será enorme. Y ese impacto se sentirá especialmente en el ámbito del litigio.
El año pasado, la firma de abogados estadounidense DLA Piper utilizó esta tecnología para analizar más de medio millón de documentos en el término perentorio de una semana, impuesto por una corte. En total, el software analizó y ordenó 570.000 documentos, en apenas dos días. La firma solo tuvo que dedicar un día más, para identificar 3.070 documentos relacionados con el proceso.
Aunque todavía no se tiene claro el impacto que este desarrollo tecnológico podría tener en términos de empleo, Mike Lynch, fundador de Autonomy, una empresa británica de e-discovery, cree que la profesión legal puede ser una de las más afectadas. Según sus cuentas, un abogado sería suficiente para hacer el trabajo que antes desarrollaban 500. Y la proporción puede reducirse, conforme avancen los nuevos desarrollos de e-discovery.
Señores abogados, es un hecho. El software abogadil ya está entre ustedes, bien sea para aumentar su productividad o para correrles la butaca.
(Fuente: The New York Times)
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