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El Ecofeminismo: ¿Lo que necesita nuestra sociedad para ser más justa e igualitaria?

Tanto la ecología como el feminismo tienen el mismo origen y la misma finalidad: la opresión y el fin de la opresión.
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07 de Diciembre de 2016

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Carlos Contreras

Doctor en Derecho de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB)

Profesor del Máster en Derecho Animal y Sociedad

 

Vivimos en una sociedad en donde se elige como presidente del país más poderoso a un hombre que niega el cambio climático,[1] a pesar de las evidencias científicas que nos alertan de los problemas que genera el calentamiento global al medio ambiente.  Vivimos en una sociedad en el que millones de personas votan por un hombre que presume de poder hacer lo que quiera a las mujeres contando, o no, con el consentimiento de ellas. A todos nos quedó claro que Donald Trump cuando se encuentra con mujeres “bellas” puede, directamente y sin ningún problema, “grab them by the pussy”[2] por el mero hecho de ser famoso, millonario, privilegiado, etc.

 

Vivimos en una sociedad en donde se producen a diario múltiples violaciones, agresiones,  abusos y feminicidios, como el de Yuliana Samboní en Colombia: una niña de siete años con raíces indígenas, de clase social pobre, que fue secuestrada, torturada, violada y asesinada presuntamente por Rafael Uribe Noguera: un hombre blanco, de clase social alta, perteneciente a una familia influyente de Bogotá, que estudió en las instituciones educativas más prestigiosas del país[3] y que en vez de utilizar su posición privilegiada en la sociedad para hacerla más justa e igualitaria, los indicios y las pruebas nos muestran que lo hizo para oprimir, en este caso, a uno de los seres más vulnerables que podía haber encontrado.

 

Vivimos en una sociedad en donde más de 11,5 millones de sirios (la mitad niños) han tenido que huir de sus hogares[4] mientras la UE continúa haciendo un “Mannequin Challenge”.[5]  Vivimos en una sociedad en donde aún hay que reivindicar que la vida de las personas de etnia africana es importante, y en donde tenemos que explicar el por qué #blacklivesmatters es el hashtag correcto.  Vivimos en una sociedad en donde la reproducción (en muchos lugares aún controlada por los hombres) ha generado una sobrepoblación que cada vez crece más en un mundo que consume y extingue sus recursos.  Vivimos en una sociedad en donde las cortes generales de un país del “primer mundo” deciden reunirse para aprobar una ley con la única finalidad primordial de declarar que La Tauromaquia forma parte del patrimonio histórico y cultural común de todos los españoles.”[6] 

 

Pero ¿qué tienen en común el sexismo del presidente Trump, la violencia de género, el asesinato de mujeres y niñas, la crisis de los refugiados, la xenofobia, el racismo y el maltrato contra los animales? Es evidente que, en todas las conductas y fenómenos anteriormente descritos, distinguimos a unos privilegiados que abusan de su posición de poder para oprimir a un colectivo o grupo, que se encuentra en una situación vulnerable.  Vivimos en una sociedad en donde los animales son “cosas en propiedad”; en donde se ve a la mujer como un simple objeto de apropiación; en donde los inmigrantes son personas de tercera, cuarta o quinta categoría; y en donde el no blanco ni cristiano le causa repudio o asco a los que sí lo son. En fin, vivimos en una sociedad injusta y desigual en donde ser catalogado como el “otro” te convierte en una cosa o en un ilegal. 

 

Françoise D’Eaubonne, en 1974, utilizó el término “ecofeminismo”, para señalar una serie de similitudes entre el feminismo y la ecología.  Tanto la ecología como el feminismo tienen el mismo origen y la misma finalidad: la opresión y el fin de la opresión[7].  Opresión que genera la sociedad patriarcal.  Esa sociedad que hemos descrito en los párrafos anteriores y que oprime en razón del género, de la raza, y de la clase social.  Carolyn Merchant, en “The Death of Nature,”[8] argumentaba que la naturaleza asume muchas veces el rol del género femenino, siendo dominada por la ciencia, la tecnología y la producción.[9]  Y es que históricamente la relación del hombre con la naturaleza (y con los animales) ha sido similar a como ha sido su relación con la mujer: una relación sujeta a la explotación, la subordinación, e, incluso, la destrucción, como en el caso de Yuliana Samboní. 

 

Nosotros estamos convencidos que nuestra sociedad necesita del ecofeminismo para combatir las injusticias que los grupos más vulnerables sufren a diario. Para D’Eaubonne, la abolición del patriarcado es un requisito para el establecimiento de una relación balanceada con el medio ambiente y la naturaleza[10]. Y, seguramente, no le faltaba razón.  El progreso de nuestra sociedad se producirá si combatimos las injusticias de género y sociales, la explotación de países pobres y la devastación del medio ambiente.  Nuestra obligación consiste en construir sociedades igualitarias entre los hombres y las mujeres, así como entre las especies.  Sociedades ecológicas y pacíficas.  Ya lo decía D’Eaubonne desde hace ya varias décadas: “Suppression of patriarchy is not only women's liberation, but hope of salvation for the whole species.”[11] La eliminación del patriarcado no solo representa la liberación de la mujer, sino también la esperanza de salvación de todas las especies.

 

[1] Donald Trump argumentó en campaña a través de su cuenta de Twitter, que “el concepto fue creado por China para bajar la competitividad de la fabricación en Estados Unidos”. 

[2] The Guardian. Noticia del 7 de octubre de 2016:  'You can do anything': Trump brags on tape about using fame to get women.  Disponible en:

 https://www.theguardian.com/us-news/2016/oct/07/donald-trump-leaked-recording-women

[3] El espectador. Noticia del 7 de diciembre de 2016: A la cárcel Rafael Uribe Noguera por crimen de la menor Yuliana Samboní. Disponible en:

http://www.elespectador.com/noticias/bogota/carcel-rafael-uribe-noguera-crimen-de-menor-yuliana-sam-articulo-669294

[5] Ante la crisis de los refugiados, muchos países se niegan a acoger inmigrantes o a otorgar asilos, por motivos raciales o por “seguridad”. 

[6] Ley 18/2013, de 12 de noviembre, para la regulación de la Tauromaquia como patrimonio cultural.

[7] SELAM, O., Ecofeminism or death. Dissertation (Nueva York 2006)

[8] MERCHANT, C., The Death of Nature: Women, Ecology, and the Scientific Revolution (Nueva York 1983)

[9] MERCHANT, C., The Scientific Revolution and The Death of Nature, en, Isis 97, 3 (Septiembre 2006)

[10] d’EAUBONNE, F., What Could an Ecofeminist Society Be?, en, Ethics and the Enviroment 4(2): 179-184 (1999)

[11] d’EAUBONNE, F., Feminism-Ecology: Revolution or Mutation?, en Ethics and the Enviroment 4(2): 175-177 (1999)

 

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