Columnistas
El Código País y el gobierno corporativo
11 de Noviembre de 2014
Mauricio Rosillo Director de la Especialización en Derecho del Mercado de Capitales Pontificia Universidad Javeriana
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Acaba de ser emitida por parte de la Superintendencia Financiera de Colombia la Circular 28, mediante la cual se acoge el Código de Mejores Prácticas Corporativas y las reglas relacionadas con la implementación de dicho código por parte de los emisores de valores.
El nuevo código, que se conoce como Código País y que reemplaza al que llevaba varios años vigente, actualiza y acoge las mejores prácticas de gobierno corporativo que han surgido después de la crisis económica global. Para tal propósito, se tomó como base el Código Latinoamericano de Gobierno Corporativo de la CAF y se concretaron 148 recomendaciones que cada emisor tiene la potestad de acoger o no, pero que en cualquier caso debe, mediante un reporte anual, informarle al mercado si las cumple o no.
El diseño e implementación del Código País es un tema que no puede pasar desapercibido por su importancia y dimensión. Es evidente el enorme valor de un buen gobierno corporativo en una empresa. En últimas, con buenas prácticas en esta materia se logra mejorar las relaciones y la información con los inversionistas de un emisor, así como con los demás grupos de interés.
En un mercado donde se compite por conseguir recursos, contar con un buen manejo del gobierno corporativo vuelve mucho más atractiva y competitiva a la empresa. En este mismo sentido, se fortalece el eje central de los mercados financieros y de valores el cual es la confianza. Efectivamente, entre mejor gobierno corporativo exista, hay más transparencia, más confianza y los mercados se vuelven más seguros y menos riesgosos. De esta forma también se desarrollan los mercados y las economías y se fortalecen la sostenibilidad y perdurabilidad de las empresas.
La normativa recientemente expedida trae cambios profundos que van a generar impactos importantes en los emisores de valores del país, especialmente los del sector real. Las medidas involucran temas y medidas relativas a las asambleas de accionistas, al funcionamiento de las juntas directivas, la creación de comités de juntas directivas, la arquitectura de control, el rol de los presidentes de las juntas y de los secretarios generales, el manejo de los conflictos de interés y aspectos sobre grupos empresariales, entre muchos otros.
Aunque el modelo se fundamenta en la autorregulación del emisor y en la revelación de información, el mercado se encargará de evaluar las prácticas de cada empresa y determinar si son aptos o no para invertir. Por otra parte, se prevé en la Circular que los administradores de un emisor de valores respondan por la integridad y veracidad de la información contenida en el reporte que se hace al mercado sobre el cumplimiento del código, lo cual generará un compromiso muy grande y mucha atención de las directivas de una institución.
En los próximos meses veremos a las principales empresas del país realizando reformas estatutarias, cambiando los códigos de gobierno corporativo existentes y ajustando reglamentos internos para adecuarse de la mejor manera a estos estándares, que serán reportados al mercado por primera vez en enero del 2016.
Seguramente, muchos serán los análisis que se harán en el futuro en este periódico sobre el tema. Por lo pronto, estas medidas son sin duda una noticia muy importante para el país en su camino para ingresar a la OECD y por mejorar sus estándares, pero especialmente mandan una señal de la Superintendencia Financiera a los inversionistas nacionales y extranjeros en el sentido de que ahora tendrán más información sobre las prácticas de los emisores de valores donde colocan o pretenden colocar sus recursos.
Hay que apoyar y aplaudir estas medidas, sin perder de vista que su implementación debe ser gradual, teniendo en cuenta las particularidades de cada empresa.
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