12 de Diciembre de 2024 /
Actualizado hace 5 minutes | ISSN: 2805-6396

Openx ID [25](728x110)

1/ 5

Noticias gratuitas restantes. Suscríbete y consulta actualidad jurídica al instante.

Mirada Global


El ‘brexit’, en perspectiva

19 de Julio de 2016

Reproducir
Nota:
14499
Imagen
daniel20raisbeck2016-1509242138.jpg

Daniel Raisbeck

 

 

La reacción perpleja, indignada y exagerada de la prensa global ante el brexit fue natural. Después de todo, ninguno de los grandes medios internacionales esperaba que Gran Bretaña se independizara de la Unión Europea (UE) el pasado 23 de junio, como en efecto ocurrió.

 

Si hubiera un premio para el titular más rencoroso acerca del referendo, uno de los nominados sería el Washington Post, por su artículo del 27 de junio, titulado: Brexit demuestra que algunos asuntos no deben ser decididos por los votantes.

Como escribe el periodista inglés Brendan O’Neill, esto es parte del gran “aullido contra la democracia” que han entonado ciertos periodistas, políticos y celebridades en las semanas recientes.

 

En últimas, el principal argumento anti-brexit es que “los ciudadanos mal informados”, manipulados por demagogos, tomaron una decisión “descabellada y excesivamente disruptiva. Lo mejor sería anular la decisión del tonto demos” británico y permanecer en la UE, simplemente ignorando la determinación legítima de 17,5 millones de personas.    

 

Afortunadamente, el gobierno británico anunció que ni se anulará el resultado del referendo ni se llevará a cabo una segunda votación, como han propuesto algunos malos perdedores. Como declaró Theresa May, la próxima Primera Ministra, “Brexit quiere decir ‘brexit”.

 

Aunque la salida de Reino Unido de la UE es el golpe más contundente que ha recibido hasta ahora el supra-Estado europeo, no es su primera derrota en los últimos años. En el 2005, una mayoría de votantes en Francia y en Holanda rechazó en las urnas la Constitución Europea, diseñada para consolidar el poder de la UE sobre los países miembros.

 

Pero la voluntad popular no impidió que la eurocracia avanzara hacia la unión política total que consideraba irreversible: la Constitución Europea, que no fue ratificada en las urnas, se convirtió en el Tratado de Lisboa del 2007, el cual enmienda los tratados previos de Maastricht (1993) y Roma (1957) y, como tal, solo requirió la aprobación gubernamental en los Estados.

 

No obstante, la ciudadanía de Irlanda, el único país de la UE cuya Constitución exige que todo tratado internacional sea ratificado vía referendo, rechazó el Tratado de Lisboa en el 2008. ¿Cuál fue la reacción de Bruselas? Organizar un segundo referendo en el 2009 y asegurarse de que su causa ganara por medio de significantes aportes financieros a la campaña del “sí”.

 

No contentos con socavar la democracia en Irlanda, los líderes de la UE, enfrentados con la crisis de la moneda única en los países del Mediterráneo, procedieron a derrocar a dos gobiernos democráticos en el 2011.

 

Yorgos Papandréu, entonces Primer Ministro de Grecia, anunció que llevaría a cabo un referendo para determinar si los griegos aprobaban las condiciones de austeridad impuestas por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) como resultado del último rescate financiero.

 

Pero Papandréu no contó con el desprecio hacia los referendos de, entre otros, José Manuel Barroso, entonces presidente de la CE y su sucesor, Jean-Claude Juncker. Barroso desestabilizó al gobierno de Papandréu al sugerirle abiertamente que formara una coalición con sus opositores, violando, como notó Fraser Nelson, “el protocolo de que la CE respeta las decisiones soberanas de los Estados miembros”.

 

Por otro lado, la Troika (CE, BCE y FMI) amenazó con dejar a Grecia sin fondos si había un referendo, dejando a Papandréu sin otra opción aparte de renunciar el 9 de noviembre y ser remplazado por Lucas Papademos, antiguo vicepresidente del BCE.  

 

Cuatro días después, Silvio Berlusconi, el entonces Primer Ministro de Italia, quien había sugerido que su país podría abandonar el euro y retomar la lira, también se vio obligado a renunciar bajo presión del BCE. Inmediatamente asumió el poder Mario Monti, un antiguo miembro de la CE que, al estilo de Incitatus, el caballo del Emperador Calígula, o Augusto Pinochet, había sido nombrado Senador vitalicio el día en que Papandréu cayó, figuradamente, sobre su espada.

La burla a la democracia, la imposición de gobiernos de títeres, golpes de Estado pacíficos, pero igualmente brutales: esta fue la UE que abandonaron los británicos el 23 de junio. La idílica unión de naciones que presentan el New York Times, el Washington Post, El Tiempo y El Espectador es, como diría Maquiavelo, una república imaginaria.    

Opina, Comenta

Openx inferior flotante [28](728x90)

Openx entre contenido [29](728x110)

Openx entre contenido [72](300x250)