Al Margen
El abogado de Dios
22 de Agosto de 2013
No cabe duda de que, en principio, hubo un conflicto de jurisdicciones. Lo que la historia no aclara es cómo se resolvió en Derecho. Luego de ser capturado por soldados romanos, Jesús de Nazaret, acusado de autoproclamarse hijo de Dios y rey de los judíos, fue llevado a la casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde un consejo integrado por ancianos y maestros de la ley, que hacía las veces de fiscalía, buscaba la manera de condenarlo a muerte.
Tras escuchar los relatos de varios testigos que los evangelios tachan de falsos (como muchos de los que hoy rondan el sistema acusatorio colombiano), el consejo en pleno decidió entregarle el prisionero a Poncio Pilatos, el gobernador romano de la provincia de Judea, para que este decidiera su suerte. Pilatos, al caer en la cuenta de que el acusado era de Galilea, que pertenecía a la jurisdicción del rey Herodes, decidió remitírselo a este último, aprovechando que por esos días estaba en Jerusalén. Pero Herodes no hizo más que burlarse del detenido y enviárselo de vuelta al gobernador, quien terminó condenándolo a morir en la cruz, por petición popular, a pesar de que no lo halló culpable de ningún delito.
Pues bien, este célebre lío procesal penal podría revivir, por lo menos en teoría. Dola Indidis, un abogado keniano, exportavoz del Poder Judicial de su país, le pidió recientemente a la Corte Internacional de Justicia de La Haya anular el juicio y la condena a muerte impuesta a Jesús, porque, en su opinión, no se procedió ni falló en Derecho.
Indidis pide que los Estados de Italia e Israel sean declarados responsables por la ejecución del mesías, pretensión que ya le había negado un tribunal de Nairobi, la capital de Kenia, en el 2007.
Según el demandante, “la selectiva y perversa persecución a Jesús violó todos los derechos humanos, hubo abuso de poder y miles de prejuicios”. En concreto, para el oficioso abogado, existieron serias falencias en el interrogatorio, incluidos los testigos falsos; el procesado tuvo que soportar castigos, a pesar de que no se había tomado una decisión de fondo en su contra, y, en últimas, nunca se supo a ciencia cierta cuál fue la conducta punible que se le endilgó.
“Los juicios de esa época, antes de que existieran las cortes romanas, deberían ser anulados, ya que no se ajustan a las leyes de ese entonces ni a las de hoy”, afirmó el jurista. Y agregó: “Le escupieron en la cara, lo golpearon con puños, lo abofetearon, lo insultaron y lo declararon reo de muerte”, todos tratos crueles, inhumanos y degradantes.
Es claro que la Corte de La Haya, que solo decide conflictos entre Estados, no someterá a su consideración la controversia planteada por Indinis, por interesante que pueda parecer. Pero el abnegado abogado no pierde la esperanza: “Yo sé que tenemos un buen caso con alta probabilidad de éxito, y espero se haga realidad en mi vida”.
Las cosas que hay que ver. La fe cristiana afirma que los hombres tienen en Jesús su abogado ante Dios. Pero quién iba a pensar que el propio Dios terminaría encontrando abogado ante los hombres.
(Fuentes: huffingtonpost.co.uk y jpost.com)
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