Cultura y derecho
‘Ejércitos invisibles’*
01 de Febrero de 2013
Andrés Mejía Vergnaud |
Tal vez no haya mejor título para un libro sobre el fascinante y enigmático tema de la guerra de guerrillas y su historia. A esa tarea se dio durante años el historiador norteamericano Max Boot: el resultado es un grueso volumen cuyo peso, sin embargo, no abrumará al lector, por cuanto está escrito en un estilo narrativo que aprovecha los múltiples episodios que pueden hallarse en esta larga historia no antes escrita.
Casi tan vieja como la humanidad, la guerra de guerrillas tiene un rasgo estratégico distintivo: ha sido el recurso favorito y más eficaz de los grupos, pueblos, sociedades o países que deben enfrentarse a una fuerza militar abrumadoramente superior. Ante la imposibilidad de derrotarle en batalla abierta y convencional, recurren a la permanente movilidad y clandestinidad, y por excelencia a la táctica de golpear y huir. De esta manera, aun cuando no se aniquile a la fuerza contraria, se le irrita permanentemente, se perturba su movilización y su asentamiento, y se le lleva a cometer errores producto de la desesperación que resultan siendo fatales, como desquitarse con los civiles. Finalmente, se logra hacer insostenible su esfuerzo, insostenible políticamente o financieramente, y de este modo se le derrota.
La principal razón por la cual una guerrilla irrita de tal manera a su contrario, y hace que la fuerza superior de este sea irrelevante, es precisamente su carácter invisible: los ejércitos regulares son capaces de desplegar una formidable fuerza, pero ello de nada sirve cuando el enemigo ni siquiera puede ser visto, y cuando al aproximársele se esfuma. Max Boot transmite esta desesperación en un bien escogido epígrafe, en el cual un oficial napoleónico escribe: “… las tropas que enviábamos a trabar batalla con los guerrilleros pasaban por entre ellos sin percibirles”.
La palabra “guerrilla”, por cierto, parece haberse originado en la guerra a la cual hace referencia esa cita. Cuando las tropas de Napoleón ocuparon España a principios del siglo XIX, su gran poder militar fue humillado por numerosas y dispersas acciones de fuerzas irregulares. Los franceses llegaron a sentir terror de salir de sus guarniciones y ser asesinados por un combatiente imperceptible. Desesperados, atacaban a la población civil, lo cual a su vez hacia que esta les odiase y respaldara a los guerrilleros.
El nombre puede venir del siglo XIX, pero el concepto y la práctica son muy antiguos. Max Boot empieza su libro con el relato de una acción guerrillera en la provincia romana de Judea contra las afamadas fuerzas de Roma. De allí en adelante recorre la historia y en ella encuentra numerosas instancias de guerra de guerrillas. El relato desemboca en nuestro siglo, en el cual la mayor potencia militar del mundo fue sumida en el desconcierto, y obligada a reflexionar sobre sus estrategias, por fuerzas irregulares en Irak y Afganistán.
De una historia tan larga emergen muchas conclusiones. Citaría dos de especial interés: a partir de 1945 la guerra de guerrillas se ha vuelto una estrategia más eficaz, en la medida en que los insurgentes son cada vez más capaces de apelar a una opinión pública creciente y activa. En segundo lugar, la estrategia esencial para combatir a las guerrillas es aquella que incorpora un acercamiento amistoso con la población civil.
Educado en Berkeley y Yale, y actualmente investigador del famoso Council on Foreign Relations, Max Boot pertenece a la escuela conocida como “neoconservatismo”, la cual propone una especie de papel civilizador a nivel mundial para EE UU. Ello le hace objeto de polémica, pues tal escuela fue duramente criticada en los últimos años, y fue finalmente desacreditada por el hecho de que sus dos grandes apuestas, Irak y Afganistán, no resultaron bien.
Lo anterior no debe cegar al lector frente a la calidad y el rigor que este libro exhibe. En él hay investigación histórica minuciosa, no polémica política. Y ante todo hay una historia capaz de cautivar al más insensible de los lectores: una historia que parecía ser tan nebulosa y difcil de atrapar como su objeto mismo. Una historia que, además, tendría que figurar en los primeros lugares de prioridad para los estrategas contemporáneos: no en vano, el día de hoy todos los conflictos militares que se libran en el mundo tienen carácter irregular, y hay razones para pensar que esta prevalencia se mantendrá.
* Invisible armies, New York: Liverlight, 2013
Opina, Comenta