Curiosidades y…
Docencia y edad II
14 de Julio de 2012
Antonio Vélez |
Siguiendo con el tema de la docencia y la edad, digamos que con el paso de los años los profesoresaprendena evaluar, actividad en la que se manifiesta una de las fallas mayores del profesor joven. Un buen sentido de la evaluación incluye la forma apropiada de formular las preguntas y de elegir los temas examinados de tal modo que sean verdaderas evaluaciones de lo enseñado durante el curso, que en sana lógica deben coincidir con aquello que más adelante necesitará el estudiante para cumplir con las demás asignaturas, o con las tareas de su vida profesional.
Solo la edad permite acumular vivencias, acumular historias curiosas y anécdotas interesantes, ampliar los conocimientos sobre la historia de la disciplina que se enseña, conocimientos que le permiten al docente hacer sus clases más amenas, más interesantes, más relajadas, más “sabrosas”. Y se es capaz de cortar a tiempo la exposición y darle un viraje entretenido, cuando se advierte cansancio en los estudiantes, cuando se los nota distraídos, cuando ya han dejado de atender y de entender, por cansancio, porque la atención se fatiga. El viraje brusco renueva la atención del estudiantado, le da frescura al ambiente.Si estamos aburridos o preocupados, nos distraemos y el recuerdo se esfuma. Aclaremos quela memorización está influida de manera notable por el estado emocional. El interés por el tema, y la forma atractiva de presentarlo por parte del expositor, hacen que el recuerdo se potencie.
Morris Klein, un gran educador norteamericano, proponía mezclar la frivolidad, para mantener alerta al estudiante, con la seriedad, que hace que valga la pena lo anterior. Y Miguel de Montaigne decía que la educación debe ser interesante, pues solo se aprende lo que se disfruta. En consecuencia, debenprivilegiarse la lúdica, el entretenimiento, la verificación, el hacer, el aprender con las manos y los cinco sentidos. Una forma efectiva de actuar, que todo profesor de experiencia conoce, es por medio de pequeños retos propuestos a los alumnos a través de breves ejercicios mentales. Los bostezos desparecen de inmediato.
La experiencia docente nos enseña cómo aprovechar la repetición, la redundancia, lo mismo pero de otra manera, y como utilizarla, con beneficio para el estudiante y sin causarle fatiga. La redundancia es un valioso artificio didáctico que revierte en claridad: se repite la idea con nuevas palabras, se exhiben ejemplos variados, se pone énfasis en lo esencial pero visto desde ángulos diferentes, se usan figuras variadas, se complementan las ideas con otras similares. La redundancia es, también, un artificio para reducir las ambigüedades del lenguaje, para limitar sus libertades y así facilitar la comprensión. Y se refuerza el recuerdo, pues debido a su diseño básico, la memoria requiere repetición para fijar con firmeza. La repetición actúa como un eco, aun después de salir del aula de clase. El cerebro continúa aprendiendo, aun cuando hayamos dejado de practicar.
Otra ventaja a favor del docente experimentado es la capacidad deutilizar al máximo el recurso visual. Una figura es más elocuente que mil palabras, dicen. Porque somos seres visuales por excelencia. La hipertrofia de lo visual puede aprovecharla el profesor como eficiente recurso didáctico: auxiliarse de gráficas, dibujos, fotografías, croquis, modelos reales y cuanto elemento visual esté a su alcance. En la vida diaria no son pocas las ocasiones en que pedimos papel y lápiz para explicar algo, y es que más de una vez, una figura afortunada puede darnos la clave para entender un concepto complejo o para hallarle solución a un problema rebelde. Por todo esto puede hablarse de “pensar con los ojos”. Y en el manejo de este recurso didáctico, creo que las apuestas favorecen al viejo.
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