Opinión/Laura Wills Otero
Democracias y dictaduras en América Latina. Importancia de los actores políticos
11 de Junio de 2015
Laura Wills Otero
Politóloga. Ph.D en Ciencia Política
Qué explica que las democracias o las dictaduras perduren o se quiebren? Esta es la pregunta principal que guía un estudio reciente de política comparada en América Latina titulado “Democracies and Dictatorships in Latin America. Emergence, Survival and Fall”, publicado por Cambridge University Press, en el 2013, por dos prestigiosos académicos de la Ciencia Política: Scott Mainwaring y Aníbal Pérez-Liñán. Acá voy hacer una breve reseña sobre el argumento central que exponen, y me voy a referir a la pertinencia de los hallazgos, para entender la estabilidad democrática en Colombia y los factores que la amenazan.
Aunque es atrevido resumir en menos de 600 palabras un estudio de más de 300 páginas y muchos años de elaboración, llamo la atención sobre su existencia, para motivar a los lectores especializados y los curiosos en conocer la historia política de la región a que lo conozcan. Vale mucho la pena. El argumento principal plantea que para entender la emergencia, la sobrevivencia y el quiebre de las dictaduras y democracias que durante el siglo XX se instalaron intermitentemente en los países de América Latina, es necesario enfocarse en 1) los actores políticos, 2) sus preferencias y 3) el contexto político regional. Estos son los factores que explican los resultados políticos, y no otros subrayados en otros estudios. No son los niveles de desarrollo económico, o la existencia de clases sociales, o la cultura política, los que determinan la existencia de ciertos regímenes políticos. Es decir, ni mayores niveles de desarrollo, ni una clase popular más amplia, ni una población políticamente más culta favorecen necesariamente la democracia [o lo contrario, las dictaduras]. Lo que es más importante son los presidentes, los partidos políticos, los sindicatos, las fuerzas militares y los movimientos organizados. Ellos controlan los recursos políticos y ejercen gran influencia sobre la competencia por el poder. También sus preferencias normativas, esto es, su compromiso genuino con cierto tipo de régimen, y su nivel de radicalismo al promover e implementar políticas explican la sobrevivencia o quiebre de estos. Cuando los actores son radicales e intransigentes, y sin voluntad para negociar con la contraparte, la probabilidad de que la democracia exista es menor. Esta aumenta cuando muchos países en la región sostienen regímenes democráticos. A grandes rasgos, esta es la idea central del libro, el cual tiene un nivel de complejidad y de sofisticación científica muy alto.
¿Por qué este argumento es interesante para reflexionar sobre la democracia colombiana? Nuestro país se vanagloria por tener una de las democracias más prolongadas y estables en la región. Esto, a pesar de haber tenido periodos en los que la competencia político-electoral ha sido restringida. Si la teoría expuesta es cierta, esto se ha debido a la existencia de actores políticos que, más o menos consensuadamente, han preferido este tipo de régimen por encima de otras alternativas. Estos actores han sido capaces de impulsar políticas que han favorecido la permanencia de dinámicas políticas democráticas. No obstante, los mismos factores que explican la estabilidad democrática dan cuenta de sus potenciales amenazas. Actores políticos radicales intransigentes, con poca voluntad para ceder en sus posturas, con suficientes recursos para modificar el status quo y con la convicción de que otro tipo de régimen es más beneficioso para la obtención de resultados que los favorezcan, se convierten en una amenaza mucho más fuerte que lo que pueden llegar a ser condiciones estructurales desfavorables, como lo es la pobreza, la desigualdad, el desempleo y hasta la violencia. De ahí la importancia de mantener viva la voluntad y capacidad de cooperación entre quienes genuinamente creen que la democracia es la mejor alternativa, o para los pesimistas, el menor mal necesario.
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