Antonio Vélez M.

El caballo de Calígula, Incitatus (impetuoso), quizá podría haber sido el animal más rico de la historia. El emperador, obnubilado por su belleza, le hizo construir una caballeriza de mármol, luego le “regaló” un palacio con jardines y 18 sirvientes para su cuidado. Caracalla, colega de Calígula, se rodeó de una corte de aduladores que le repetían a diario que él era tan grande o más que Aquiles, lo que le disparó la hubris hasta el punto de enfrentarse al Senado: “Sé que no os gusta lo que hago, pero por eso poseo armas y soldados, para no tener que preocuparme de lo que penséis de mí”.

Durante el reinado de Luis XIV, llamado el Rey Sol, se construyó el Palacio de las Tullerías, para residencia de la reina madre, Catalina de Médici. Al salir por las calles, el rey iba siempre precedido por escoltas que a su paso gritaban: “No alcéis la vista, va a pasar el rey”. Recordemos que los machos sumisos de muchas especies animales bajan la mirada ante el macho alfa, y esto es recomendable, pues en caso de mirarlo atrevidamente a sus ojos, el creído alfa pondría tornarse agresivo.

La tumba de Napoleón Bonaparte se encuentra en la cúpula de Los Inválidos (París). El ataúd fue elaborado en piedras rojas importadas de Rusia, y descansa sobre una base de granito verde de Vosges, rodeado de laureles e inscripciones que recuerdan sus grandes victorias. El cuerpo descansa en cinco ataúdes encajados: uno de hierro blanco, uno de caoba, dos de plomo y uno de ébano, dispuestos en el interior de un bloque majestuoso de piedra roja de Finlandia.

Iván el Terrible es el primero de los zares que gobernaron Rusia durante casi cuatro siglos. Su padre murió cuando él contaba con tres años de edad; cinco años después, Elena, su madre, fue asesinada por la nobleza, ansiosa del trono. Pero un día, en mitad de una cena con los nobles, las tropas entraron al salón y apresaron a Andrei Shuinski, un notable que aspiraba al poder. Afuera lo esperaba una jauría de perros hambrientos que lo descuartizaron y devoraron vivo. Sin embargo, el mayor acto de locura de Iván ocurrió en 1581, cuando su hijo le hizo airados reclamos; el zar, ciego de la ira, lo golpeó mortalmente en la cabeza con su bastón de hierro.

El presidente de Ecuador José Abdalá Bucaram comenzó muy bien su mandato. Pero al ir cosechando logros políticos, fue subiendo su desmesura (hubris), dando rienda suelta a un comportamiento cada vez más extravagante. Creó su propio programa de televisión, en el que atormentaba a los espectadores con largas sesiones de karaoke, en las que actuaba acompañado por un grupo musical. También decidió contratar, con dinero del pueblo, a Diego Armando Maradona como asesor personal. Un millón de dólares al año fue la tarifa pactada.

Saparmyrat Niyazov se autoproclamó presidente vitalicio de la República de Turkmenistán.  En el 2001, clausuró la ópera, el ballet y el circo por considerarlos espectáculos no apropiados para el espíritu nacional, y prohibió a los jóvenes usar el pelo largo. Rebautizó los meses del año: enero se llamó Turkmenbachi, y para abril reservó el nombre de su madre. Los adultos estaban obligados a leer el Rujnama, un tratado político-espiritual escrito por él. Según sus palabras: “Quien lo lea tres veces se volverá más inteligente, reconocerá la existencia divina e irá directamente al paraíso”.

Idi Amin Dada ascendió al rango de general en el Ejército antes de tomarse el poder con el golpe de estado en el que depuso a Milton Obote. Siendo ya jefe, se autonombró mariscal de campo. Su gobierno se caracterizó por la corrupción y la crueldad, con un saldo de varios miles de víctimas. Radio Uganda anunció que su título completo sería: “Su Excelencia el presidente vitalicio, mariscal de campo, Alhaji Dr. Idi Amin Dada, VC, DSO, MC, CBE”.

En Bolivia, Evo Morales, llamado por algunos opositores “Ego Morales”, se ha convertido en un semidios, o así se lo cree él. Acaba de construir un museo con un costo que supera los siete millones de dólares: Museo de la Revolución Democrática Cultural. A la entrada hay una estatua suya en tamaño natural, y dentro se exhiben doctorados de varias universidades (nunca terminó la escuela secundaria) y recuerdos de su niñez.

Y esto es apenas una muestra pequeñísima de los estragos causados por la hubris.