Cuando la música se detuvo

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Andrés Mejía Vergnaud @AndresMejiaV

El mejor libro que leí en el 2013 se llama After the music stopped (podríamos traducir Cuando la música se detuvo) de Alan Blinder. Por lo que sé no existe todavía edición en español: pero animo a los lectores a que estén pendientes pues seguramente habrá una pronto. Sea en inglés, sea en español, el lector disfrutará del mejor libro que se haya escrito sobre la gran crisis financiera de fines de la década pasada. Y pongo énfasis en el verbo: el lector disfrutará este libro, pues, pese a tratar temas que normalmente serían áridos o técnicos, el autor logra hacerlo como si estuviese escribiendo una tensa novela y mantiene al lector aferrado al libro, así ya el sueño o el cansancio amenacen con vencerle.

Visto de manera integral, el mérito de Blinder no es solamente el haber hecho de un tema técnico un libro fascinante. El mérito también consiste en que el autor no se conforma con contar la historia: por el contrario, dedica muchas páginas a explicar los conceptos, las teorías y los antecedentes históricos que permiten entender en profundidad la crisis: ¿qué son los derivados financieros?, ¿cómo interviene un banco central?, ¿qué fueron los títulos basados sobre hipotecas?, ¿cuál es la teoría keynesiana de las crisis económicas? Dedica también muchas páginas a explicar los profundos y complejos mecanismos que se movían tras cada uno de los hechos que conformaron esta crisis: ¿por qué hubo una fiebre de especulación?, ¿cómo se fueron a la quiebra las grandes bancas de inversión?, ¿cómo logró aprobarse en el Congreso la legislación para afrontar la crisis? Y estas explicaciones las hace de tal manera que el lector no puede más que pensar que Blinder ha de ser un gran profesor.

Y al parecer lo es. La principal ocupación de Alan Blinder ha sido la de enseñar economía. Al día de hoy ocupa una importante cátedra en la Universidad de Princeton, llamada Cátedra Gordon S. Rentschler en Economía y Asuntos Públicos. Su tema de especialidad es la banca central y los sistemas financieros. Además de la academia ha estado también en el gobierno y en la banca central: hizo parte del Consejo de Asesores Económicos del presidente Clinton, y fue vicepresidente de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal. ¿Quedaría alguna duda de la excepcional preparación que tiene Blinder para escribir sobre la crisis financiera?

El título del libro es muy apropiado, pues además sirve como ilustración de la mentalidad irresponsable que guiaba a buena parte de los ejecutivos financieros en la década pasada. Viene de una frase de Chuck Prince, quien en el 2007, cuando era gerente general (CEO) del coloso financiero Citigroup, dijo esto para referirse a la inminencia de que la especulación desaforada llevaría a una crisis: “Cuando la música se detenga la cosa se pondrá muy fea; pero mientras haya música hay que bailar, y nosotros todavía estamos bailando”.

En efecto todo se puso muy mal cuando la música se detuvo. Blinder relata y explica ese angustioso camino que empieza cuando los precios de la propiedad raíz comienzan a bajar, y ese gran castillo de naipes financiero construido sobre las hipotecas queda sin cimientos. Los grandes grupos financieros empiezan a ver comprometidos sus patrimonios, y las autoridades entran en una carrera frenética por evitar un colapso mayor: por impopulares que sean las medidas de salvamento a la banca, la alternativa es mucho peor: es dejar caer el sistema financiero y privar a la economía de sus fuentes de liquidez y capital, precipitando así una depresión de consecuencias mayores. Por más mal que se hubiesen portado sus directivos, era necesario impedir que los grandes bancos colapsaran, garantizando a la vez que el tesoro público recuperara los dineros que pusiera en ello.

Cuando, por razones explicadas en el libro, esta decisión de salvamento no se puso en marcha, vino el suceso más dramático de la crisis financiera: la quiebra de Lehman Brothers, un centenario y gigantesco banco de inversión, el 15 de septiembre del 2008. En adelante no habría más que horror y dolor.

Blinder relata lo que sucedió a partir de entonces, y termina con un análisis muy profundo de lo que se debería hacer para evitar una nueva crisis como la del 2008. Es un análisis muy cuidadoso que evita las generalizaciones y los lugares comunes.

Tras leer este libro quedan dos sensaciones: que es un libro maravilloso, y que ojalá nunca más tenga que escribirse un libro similar.