¡Cipote propuesta!
28 de Febrero de 2011
Lisístrata: Lampito, todas las mujeres toquen esta copa, y repitan después de mí: no tendré ninguna relación con mi esposo o mi amante.
Cleonice: No tendré ninguna relación con mi esposo o mi amante.
Lisístrata: Aunque venga a mí en condiciones lamentables.
Cleonice: Aunque venga a mí en condiciones lamentables. (¡Oh Lisístrata, esto me está matando!)
Lisístrata: Permaneceré intocable en mi casa.
Cleonice: Permaneceré intocable en mi casa.
Lisístrata: Con mi más sutil seda azafranada.
Cleonice: Con mi más sutil seda azafranada.
Lisístrata: Y haré que me desee.
Cleonice: Y haré que me desee.
Lisístrata: No me entregaré.
Cleonice: No me entregaré.
Lisístrata: Y si él me obliga.
Cleonice: Y si él me obliga.
Lisístrata: Seré tan fría como el hielo y no le moveré.
Cleonice: Seré tan fría como el hielo y no le moveré
(…) Lisístrata: ¿Todas han jurado?
Mírrina: Todas
Con esta retahíla, mujeres espartanas y atenienses, cansadas de casi no ver a sus maridos, juraron acabar con la Guerra del Peloponeso (431 - 404 a.C.), utilizando un arma infalible: la abstinencia sexual. Así lo relata Aristófanes (444 – 385 a.C.), en su comedia Lisístrata.
Hoy, 2.422 años después, las mujeres belgas podrían ganar una batalla, ya no bélica, sino política, con la misma estrategia empleada por sus dignas y continentes congéneres de la Grecia de Aristófanes.
Cansada de que los líderes flamencos y francófonos no se hayan puesto de acuerdo en la integración de un nuevo gobierno, la senadora belga Marleen Temmerman invitó a sus paisanas a “dejar el gustico”, mientras no se le ponga fin al vacío de poder que se vive en su país desde hace ocho meses.
La idea surgió luego de una visita de Temmerman a Kenia, en la que se enteró de cómo, tras un llamado a huelga de sexo que hicieron las keniatas en el 2009, cesó la grave ola de violencia política que se vivía en el país.
Pero la Lisístrata belga se toma el asunto con gracia, pues no cree que muchas mujeres estén interesadas en practicar la abstinencia ni que esto tenga impacto en las negociaciones para la integración del Ejecutivo.
Tiene toda la razón. A la Lisístrata original le costó mucho trabajo convencer a sus amigas de dejar de disfrutar de tan placenteros menesteres:
Lisístrata: Voy a decíroslo, pues no tiene ya que seguir oculto el asunto. Mujeres, si vamos a obligar a los hombres a hacer la paz, tenemos que abstenernos...
Cleonice: ¿De qué? Di.
Lisístrata: ¿Lo vais a hacer?
Cleonice: Lo haremos, aunque tengamos que morirnos.
Lisístrata: Pues bien, tenemos que abstenernos del cipote. ¿Por qué os dais la vuelta? ¿Adónde vais? Oye, ¿por qué hacéis muecas con la boca y negáis con la cabeza? ¿Por qué se os cambia el color? ¿Por qué lloráis? ¿Lo vais a hacer o no? ¿Por qué vaciláis?
Cleonice: Yo no puedo hacerlo, que siga la guerra.
Mírrina: Ni yo tampoco, por Zeus: que siga la guerra.
Lisístrata: Y, ¿tú eres la que dice eso, rodaballo? ¡Si hace un momento decías que te dejarías cortar por la mitad!
Cleonice: Otra cosa, cualquier otra cosa que quieras. Incluso, si hace falta, estoy dispuesta a andar por fuego. Eso antes que el cipote, que no hay nada comparable, Lisístrata guapa.
(Fuente: BBC Mundo y AFP)
Opina, Comenta