Cultura y Derecho
Ciclo de las crisis
12 de Octubre de 2011
José Arizala http://www.senderosdelbosque.blogspot.com/
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El mundo pasa por una etapa de profundas crisis económicas y sociales y se teme que la crisis actual no solo se prolongue, sino que en el futuro surjan otras cada vez más severas y devastadoras.
Otros analistas, como llaman ahora a los comentadores de la coyuntura histórica, afirman que se trata de un fenómeno inesperado, casual y pasajero. Pero la realidad es distinta; de antaño, por lo menos desde 1824 – 1825, las crisis económicas del capitalismo han venido sucediendo y han afectado a ricos industriales y financistas y, sobre todo, a millones de personas.
Quienes descubrieron y estudiaron las causas que las producen fueron dos alemanes, Carlos Marx y Federico Engels, quienes pasaron la mayor parte de sus vidas en Inglaterra, entonces considerada “el taller industrial del mundo”. Alemania era en el siglo XIX un país relativamente atrasado dentro del conjunto europeo.
Ernest Mandel (La formación del pensamiento económico de Marx. Siglo XXI, Bogotá. 1980), sintetiza así el proceso evolutivo del pensamiento de este par de estudiosos y de luchadores sociales: “De la crítica de la religión a la crítica de la filosofía; de la crítica de la filosofía a la crítica del Estado; de la crítica del Estado a la crítica de la sociedad, es decir, de la crítica de la política a la economía política, que culmina con la crítica de la propiedad privada” (pag. 3).
El principal aporte de Marx fue el filosófico, que inicia con La introducción a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel (l844), y el de Engels, económico, con su libro La situación de la clase obrera en Inglaterra, publicado al mismo tiempo que el de Marx (hijo de un magistrado de Renania). Carlos Marx llegará inicialmente al comunismo a través del análisis filosófico y político, Engels lo hará por su conocimiento como administrador y accionista de una fábrica de textiles en Manchester, propiedad de su padre. Pronto, Marx, por medio de Hegel, descubrirá la economía clásica inglesa, sobre todo a Adam Smith.
Al hacer el análisis de la producción capitalista, Marx y Engels encuentran un proceso cíclico de superproducción y parálisis de la economía, hasta un nuevo auge. En palabras más precisas, las crisis se producen periódicamente cuando aparece la contradicción entre las fuerzas productivas que avanzan y las relaciones de producción que restringen el consumo de los excedentes producidos durante la etapa de prosperidad, pues los trabajadores van perdiendo capacidad de compra por el desempleo y los bajos salarios.
Marx reprocha a David Ricardo la incomprensión de la contradicción atrás anotada, “la tendencia del capital al desarrollo ilimitado de las fuerzas productivas y los límites estrechos impuestos por este mismo capital al consumo de las clases trabajadoras”. Marx aclara que la crisis puede ser general, por abarcar una buena parte del mundo y la mayoría de las ramas de la producción, o parcial, dependiendo del grado de profundidad que haya tenido la contradicción mencionada, es decir, entre la producción social y la apropiación privada de las mercancías.
Las crisis capitalistas, que paradójicamente no surgen de la pobreza, sino de la riqueza, se sucedían en los dos siglos anteriores, aproximadamente, cada 10 o 12 años. La mayor fue la de 1930. La actual, que estalla en octubre del 2008, ha sido una de las más fuertes y prolongadas. Incluso, hay el peligro de que se repita sucesivamente, sumiendo al mundo en una prolongada recesión. Estas crisis vienen acompañadas de convulsiones sociales, agitación política, revueltas, guerras civiles o internacionales e, incluso, revoluciones, como lo presenciamos en la actualidad.
¿Es posible suprimir las crisis en el capitalismo? Los marxistas afirman que no. Otros economistas, como Keynes, consideran que es posible evitarlas o, por lo menos, atenuar sus consecuencias más catastróficas, gracias a la intervención oportuna y eficiente del Estado. Y que basta regular la marcha de la economía, controlar los excesos del mercado, limar las protuberantes diferencias entre las clases sociales, suprimiendo la pobreza extrema y obtener mayores recursos con impuestos a las ganancias de los grandes capitales, para mejorar las condiciones de vida de la población.
En todo caso, para lograr lo anterior, se requiere realizar profundos cambios sociales, transformar las estructuras económicas, no solo el modelo, sino el sistema capitalista. Lo que no será fácil, sino producto de luchas sociales, ojalá pacíficas. El tiempo dará su veredicto final.
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