Anecdotario político

Benjamín Ardila Duarte

• El amor lo vence todo, decía el latino Virgilio. Pero Quevedo replicó: Poderoso caballero es don dinero. Y aparece el corazón: “Vencedor de tres reyes, vencido por una mujer”, le dijo Clemente IV a Jaime de Aragón, quien conquistó Mallorca, Valencia y Murcia y fue dominado cariñosamente por el amor de Berenguela Alonso.

• Humberto de la Calle habló del compromiso para que el grupo guerrillero deje de “echar bala” y comience a echar carreta política. Ya Echandía señaló, hace 60 años, que los pueblos se entienden echando bala o echando lengua. Y todo quedó definido por Roger Garaudy, cuando dijo que debemos pasar del anatema al diálogo.

• La prestigiosa cancillería de Itamaraty, organizada en Brasil, por el Barón del Río Branco, tiene dos sedes: Río de Janeiro y Brasilia. Su fuerza reside en el servicio diplomático y consular por riguroso concurso, desde los cargos menores hasta el ministerio, siempre ocupado por profesionales de la diplomacia, con una política exterior a la altura de las necesidades nacionales.

• Kissinger (diplomático e historiador) señala que los intelectuales analizan las operaciones de los sistemas internacionales y los estadistas los construyen. El analista puede elegir el problema que desee estudiar, mientras que los problemas al estadista se los imponen las circunstancias. El analista dispone de tiempo y no corre riesgos. El estadista está presionado por las horas y sus errores son irreparables.

• Los jefes de Estado para perdurar en el primer plano deben hacer grandes sacrificios, hasta de sus convicciones espirituales. Las reinas de España de origen extranjero han asumido la religión nacional. Y a Enrique IV, de Francia, le fue exigida la conversión al catolicismo para reinar, y dijo firmemente sin parpadear “París bien vale una misa”.