Anecdotario Político
Anecdotario político
15 de Noviembre de 2013
Benjamín Ardila Duarte
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Los peruanos se sienten independientes desde Ayacucho, batalla librada con tropa y ejército venezolano y colombiano. Sin embargo Tupac Amarú, en 1781, se levantó contra la dominación española, y el visitador Areche lo torturó para que dijera quiénes eran los cómplices de su revuelta: “Aquí los únicos conspiradores hemos sido usted y yo; usted, por opresor del pueblo, y yo, por haber tratado de libertarlo de tanta tiranía”. Esa es el Acta de Independencia del Perú.
El estadista francés Herriot decía que la escuela primaria es la base de la organización democrática del Estado; la universidad debería ser su cumbre. La investigación es el sistema nervioso de la universidad. Y Ortega y Gasset decía: “La misión de la universidad es sacar profesionales idóneos, investigadores con mística y ciudadanos ejemplares”.
Monseñor Builes y el obispo Herrera Restrepo dieron en la flor de excomulgar a quienes leyeran periódicos liberales. Lo mismo hizo monseñor Maldonado Calvo en Tunja con La Linterna de Calibán. En Santander el obispo Ocampo excomulgó a Vanguardia Liberal. La fidelidad al periódico subía con las pastorales adversas y cuando se levantó la prohibición, el doctor Galvis Galvis añoraba la circulación de cuando estaba condenada la lectura de su diario.
Sabemos que una anécdota es tan diciente como un ensayo histórico. Los relatores de nuestra independencia registran a los héroes, pero olvidan los datos referidos a heroínas como Manuelita Sáenz, Mercedes Ábrego, Manuela Beltrán, Policarpa Salavarrieta, Antonia Santos y otras forjadoras de la nacionalidad.
En la tarde de su gobierno, el presidente Virgilio Barco, al intervenir en público, repetía y repetía y leyó tres veces la misma página. Preguntado por imprudente redactora la razón de la lectura triplicada, el mandatario Barco le dijo: “Repito para reforzar, reforzar y reforzar”.
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