Anecdotario Político
Anecdotario Político 363
15 de Febrero de 2013
Benjamín Ardila Duarte
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El fallo sobre Nicaragua nos trae a la memoria la página del doctor Jesús María Yepes sobre el tema: “Nuestro derecho regional ha alcanzado ya plena madurez y puede aspirar a que sus preceptos sean acatados dentro del ámbito de su propia validez. No es posible esperar que instituciones de carácter universal como la Corte de La Haya –integrada por jueces que en su gran mayoría profesan una filosofía jurídica y política extraña a las concepciones americanas– aplique los principios del Derecho Internacional Americano cuya esencia desconocen y aun combaten. La experiencia reciente que tuvimos en nuestro litigio con el Perú sobre el significado del Derecho de Asilo comprueba esta verdad incontrovertible. Nuestra política internacional debe orientarse francamente hacia el mar como fuente inagotable de recursos para el pueblo de Colombia y símbolo augusto de la soberanía nacional”.
Don Esteban Jaramillo, economista eminente de hace medio siglo, se refería a las reformas tributarias así: “La ciencia de la Hacienda Pública puede tener fines fiscales, sociales y económicos. El primero es el primordial; los otros dos son secundarios. Procurarle ingresos al fisco y determinar la manera de invertirlos en beneficio de la comunidad, es el fin principal de ese estudio; pero al realizarlo, se obtienen fines sociales y económicos. Los primeros se alcanzan repartiendo las cargas públicas en forma tal, que pesen lo más ligeramente posible sobre las clases bajas, e invirtiendo los recursos del tesoro en obras de fomento e interés social, para levantar el nivel físico y moral de aquellas clases”.
El coronel Chávez, al conocer la dolencia del presidente Juan Manuel Santos, anotó que Lula; la actual presidenta brasileña; Cristina, en Argentina, y Lugo, en Paraguay, también están aquejados de terrible mal. Y decía el mandatario venezolano que ojalá ese ejemplo descarte a muchos de la aspiración presidencial en el continente.
El presidente Kennedy llamó Alianza para el Progreso al programa para América Latina condicionado a que hiciéramos: fortalecimiento de las instituciones democráticas; aumento del ingreso por habitante, buscando el mejoramiento del nivel de vida; reforma agraria democrática; remuneración adecuada, con mejoría de las condiciones del trabajador; cruzada contra el analfabetismo; campañas de seguridad e higiene; reforma tributaria tendiente a redistribuir la renta nacional en favor de los estamentos humanos más necesitados; política antiinflacionaria; actividad privada orientada hacia la industrialización para ampliar fuentes de trabajo, y acentuación de la interdependencia económica mediante la implantación de zonas de libre comercio.
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