Anecdotario político 341

Benjamín Ardila Duarte

Don Miguel Antonio Caro, presidente de la República, como lengua mortal decir no pudo, decía que los conservadores le aconsejaron que llevara al gabinete a Ospina Camacho porque aportaría mucha luz a los consejos de gobierno. Y yo no le vi más luz en el Salón de los Virreyes que la luz de su tabaco, dijo el mandatario.

Los escritores europeos, lo mismo que en los cinco continentes, son envidiosos con sus compatriotas y generosos con los extranjeros. El francés Albert Camus decía que Ortega y Gasset, al lado de Nietzsche, eran los mejores escritores de Europa. Terrible injusticia, porque no mencionó las plumas francesas como era su deber de hombre imparcial.

En la Feria del Libro de Guadalajara estuvieron los políticos aspirantes a la presidencia de México en las elecciones de este año. Enrique Peña Nieto, del PRI, favorito en la carrera presidencial, fue interrogado sobre los tres libros de preferente lectura. Mencionó La silla del águila, con autor equivocado, al citar a Enrique Krauze en lugar de Carlos Fuentes; añadió La Biblia, y con modestia dijo que no la leyó entera; no se acordó de ninguna otra lectura. Creemos que no le va a ir muy bien electoralmente en el mundo culto de la capital Azteca.

En la histórica posesión de Sergio Fajardo como gobernador de Antioquia, se desmayó aparatosamente, a los lampos del sol de primavera, la doctora Clara Luz Mejía. Angustiado el nuevo mandatario le dio respiración intensamente y le dijo: usted no puede desmayar, porque será la encargada de vigilar los contratos administrativos.

La reforma universitaria es tema urgente y repetido en la vida académica de nuestros pueblos. Desde 1918, en Córdoba, Argentina, el estudiantado aporta sugerencias útiles. Y en Francia, en 1968, la juventud ordenó un nuevo modelo docente. Ortega y Gasset dijo que ella no puede reducirse a la corrección de abusos, ni siquiera consistir principalmente en ella. Reforma es siempre creación de usos nuevos.