Anecdotario Político
Anecdotario Político
28 de Marzo de 2014
Benjamín Ardila Duarte
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La reforma agraria en Colombia ha tenido varios impulsos. Mosquera le entregó a su proyecto los bienes eclesiásticos de manos muertas, López Pumarejo expidió la Ley 200 de 1936 y Carlos Lleras, la Ley 135 de 1961. Este último la sustentó diciendo: “La historia de la propiedad rural en Colombia es mucho menos limpia de lo que suele decirse. Quienes consideran los diversos aspectos de la reforma agraria como atentados contra derechos casi sagrados, inviolables y puros, olvidan aquellos fraudes que han sido en extremo frecuentes”.
El rumbo de Rafael Núñez de liberal radical a la entrega al conservatismo lo definió él mismo así: “Señores: yo os pido con encarecimiento, si ello fuere necesario, que cuanta adhesión por mi tengáis y cuanto respeto os merezca, lo trasladéis desde hoy, con todas las veras de vuestras almas, al Vicepresidente electo, señor Caro –la primera ilustración y la primera virtud de Colombia – que en estos momentos ha debido encargarse, en mi lugar, de la dirección suprema del Gobierno. He dicho”.
Los diplomáticos deben estar por encima de las querellas internas de partido. El barón de Río Blanco fue la estrella de la cancillería brasilera de Itamaraty. Cuando se pasó del Imperio a la República, el propio don Pedro, emperador, le dijo: “Yo paso pero el Brasil continua. Un diplomático no sirve a un régimen sino a su país”.
La carrera administrativa y el servicio público por concursos llegó tarde a EE UU. Cuando en 1953 los republicanos, alejados del poder por 20 años, llegaron a la Casa Blanca, se desilusionaron porque no tenían cómo repartir los cargos que habían prometido. Una diplomacia se había constituido y el propio Ejército era una inmensa organización y los generales ejercían ya una influencia desconocida anteriormente.
Don Fidel Cano, hace más de un siglo, al recibir del Ministro de Gobierno alguna de las periódicas suspensiones de El Espectador, con la frase usual que distinguía la literatura oficial, de “Dios guarde a usted”, le respondía filosóficamente “Dios me guarde de usted”.
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