Anecdotario Político

Benjamín Ardila Duarte

• Colombia, la más educada es una meta derivada de un antiguo programa del profesor Sergio Fajardo. Pero con los intereses que cobran a los préstamos universitarios o en los bancos y los costos del kínder, primaria, bachillerato, pregrado y posgrado, el día está lejano. Un control mayor llevaría a acabar el analfabetismo y dar a cada colombiano una calificación laboral, bilingüismo y la deseada profesión altamente calificada.

• El exministro de Educación Germán Arciniegas, parlamentario en 1958, hizo un debate sobre los textos escolares colombianos, llenos de inexactitudes y errores. Esas ediciones, anualmente modificadas de manera tenue, son un negocio de la industria privada de la enseñanza, que debe ser controlada en calidad, valor de matrículas y pensiones y uniformes. En el bachillerato europeo, los textos, por el Acuerdo de Pisa, son excelentes, por ejemplo, los siete tomos de Lagarde & Michard. La acreditación debe vigilar la idoneidad de los maestros y los costos exorbitantes de lo referido.

• Los candidatos presidenciales temen, en todas partes, ser atajados por fuerzas hostiles. López Michelsen creía que los factores reales de poder lo detenían, pero llegó. Álvaro Gómez temía que lo vetara el liberalismo. Y Virgilio Barco, a pesar de tener apoyos poderosos sociales y económicos, decía que era probable que las oligarquías lo iban a atajar.

• El escritor Meyer dice que la historia de las grandes fortunas norteamericanas es la historia de sus ferrocarriles y pone el ejemplo de Vanderbilt, Gould, Morgan, Astor, Harriman, Stanford y otros. En cambio, en Colombia, hemos abandonado nuestros ferrocarriles, aun cuando, justo es reconocerlo, Jorge Leyva, el almirante Piedrahita y Virgilio Barco, como ministros de Obras Públicas, los impulsaron y fortalecieron, en fechas anteriores.