Anecdotario Político

Benjamín Ardila Duarte

El Otoño del patriarca de García Márquez presenta un dictador demente. Indudablemente, el poder a muchos y a muchas enloquece. En Venezuela, el doctor Diógenes Escalante enloqueció al ser designado Presidente. Y en Francia, para ejercer el mando supremo y descartar a Clemenceau, fue escogido un estadista que prontamente enloqueció y fue relevado.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) pretendió dar órdenes al gobierno del presidente Lleras Restrepo y del ministro Abdón Espinosa, quienes respondieron de manera enhiesta y soberana. El FMI les ordenaba reducir el gasto, devaluar la moneda, comprimir erogaciones, cuidar los capitales, vivir con prudencia y desembolsar solo lo necesario. Era tan detallada la lista de órdenes por cumplir, que el ministro Álvarez Restrepo, con humor negro, dijo que se trataba de humillaciones que no se reciben ni en la casa.

Los partidos políticos, criticados pero esenciales, según tesis reciente de Pierre Bréchon, tienen cuatro funciones: elaborar un programa, animar el debate político y educar al ciudadano y estructurar la opinión pública; deben explicar las reformas, ayudar a definir las leyes y criticar cuando son partidos de oposición. Finalmente, una función muy importante es seleccionar buenos candidatos para las elecciones.

En política y en administración no hay que esperar milagros, dijo Erhard, autor del Milagro Alemán: “Precisamente porque yo atribuyo todos los éxitos conseguidos mediante mi política económica a las actividades de los hombres que en ellas han participado, tampoco estoy dispuesto a permitir que siga hablándose del Milagro Alemán. Lo que se ha llevado a cabo en Alemania en estos últimos años es todo lo contrario de un milagro”.