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Anecdotario político
25 de Noviembre de 2015
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Benjamín Ardila Duarte |
- Los jóvenes saludables deben ser guerreros, como Alejandro, Napoleón y Bolívar, que empezaron pronto; aun los viejos también sirven para eso, lo prueban Moltke, Hindenburg, Joffre y Foch. Los estadistas siempre deben ser maduros, concienzudos y experimentados, como Thiers, Gladstone y Clemenceau, triunfaron ancianos; victorias diplomáticas de Talleyrand, Disraeli y de Bismarck fueron obras de viejos, porque sus países no los arrinconaron por la edad. Y es que los frutos exquisitos maduran lentamente, según la opinión fundada de Schopenhauer.
- El constitucionalista Restrepo Piedrahita anotó: “El pueblo colombiano se encargará de recordarles, una vez más, que después de la desamortización de los bienes de manos muertas se ha producido también la irremediable liquidación de los apellidos de las clases feudales muertas que otrora se creyeron investidas con derecho divino para gobernar el Estado y decidir la suerte de los colombianos”.
- Desde la Declaración Universal de los Derechos, en 1789, para sostener la fuerza pública y la administración, hay impuestos repartidos entre los ciudadanos en razón de sus facultades. El impuesto es acto de soberanía y principio de solidaridad, según la Hacienda Pública. En los Estados modernos, el impuesto al consumo se ha generalizado y hay organizaciones, sobre todo en Francia, para detener la tendencia a gravar más las rentas de trabajo de empleados y obreros que las del gran capital o los alimentos y canasta familiar por encima del lujo.
- El padre Juan de Mariana, historiador español, escribió hace cinco siglos: “No hay cosa más eficaz para aplacar a Dios que el castigo de las maldades, y ninguna enoja más a su Majestad que disimular los agravios hechos a la gente humilde y miserable”.
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