“El incremento de abogadas inscritas es un avance significativo, pero persisten obstáculos para el ejercicio de la profesión”
Con ocasión del mes del abogado, ÁMBITO JURÍDICO conversó con Carolina Porras, socia de PPU, acerca del crecimiento de la participación femenina en el ejercicio profesional.Openx [71](300x120)

27 de Junio de 2025
Carolina Porras, socia y líder del área laboral de Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría (PPU), recibió hace poco la designación como Abogada del Año en el Área Laboral otorgado por The Latin American Lawyer.
Con ocasión de la celebración del mes del abogado, ÁMBITO JURÍDICO conversó con esta profesional, acerca del crecimiento de la participación femenina en las áreas claves del ejercicio profesional.
Á. J.: ¿Cómo recibe el reciente reconocimiento como Abogada del Año en el Área Laboral otorgado por The Latin American Lawyer?
Carolina Porras: Con mucha gratitud. Ser nombrada Abogada del Año en el área laboral es un honor que refleja no solo un compromiso personal con la excelencia, sino también el trabajo riguroso y colaborativo de un equipo excepcional en PPU. Este logro no es individual: es el resultado de una práctica construida con disciplina, ética y pasión por el derecho laboral.
Este año, además, el reconocimiento tiene un valor muy especial para mí, porque lo comparto con mi hija Miranda. Poder mostrarle con el ejemplo que el esfuerzo y la dedicación tienen frutos es, sin duda, uno de los mayores regalos que me deja este momento.
Á. J.: ¿Cómo observa la participación de las mujeres en el mundo laboral jurídico? ¿Existe un crecimiento sostenido?
C. P.: Sí. La veo con optimismo y bajo un progreso sostenido que espero continue.
Según las estadísticas del Registro Nacional de Abogados, entre 1970 y 1975, la diferencia entre el número de abogados y abogadas en Colombia era superior al 80 %. A partir de 1976, se observó una tendencia creciente en el número de abogadas, y desde 1996, las mujeres superaron el 50 % del total de inscritos. Actualmente, el 54 % de los abogados registrados para ejercer la profesión son mujeres.
El incremento en las estadísticas de abogadas inscritas es un avance significativo. No obstante, persisten algunos obstáculos que dificultan que las mujeres mantengan una práctica activa en la profesión y logren el crecimiento profesional históricamente asociado con los hombres.
Á. J.: ¿En las firmas de abogados ya se evidencia un crecimiento de la participación de las mujeres en las nóminas y en los cargos directivos?
C. P.: Aunque se ha registrado un crecimiento del 7 % desde 2012, el sondeo realizado por la Cámara de Servicios Legales de la Andi en 2023 revela que, aunque el 58 % de los abogados en firmas son mujeres, solo el 30 % de las socias son mujeres. Es ahí donde tenemos que enfocarnos para que cada vez más mujeres logren llegar a cargos directivos en las firmas de abogados.
Á. J.: ¿Cuál es su opinión acerca de las leyes o normativas que crean “cuotas” para la participación mínima de las mujeres en diferentes cargos públicos?
C. P.: Estas cuotas pueden, incluso, generar un efecto adverso: convertirse en un techo simbólico, donde los empleadores se limiten a cumplir con el mínimo exigido, desincentivando una participación más amplia y genuina de talento femenino.
Por eso, más allá de imponer porcentajes, el verdadero cambio requiere fomentar una transformación cultural. Es necesario promover prácticas institucionales que reconozcan el mérito, la experiencia y las capacidades individuales, sin sesgos de género. La equidad no se logra solo con números, sino con una convicción profunda de que el talento no tiene género y que la diversidad enriquece la toma de decisiones en todos los niveles.
Á. J.: ¿Considera que se está en camino de romper el denominado “techo de cristal” que obstaculiza el crecimiento de las mujeres en altos cargos de la justicia?
C. P.: Sí. Las mujeres enfrentamos múltiples retos que limitan nuestras posibilidades de acceso, éxito y permanencia en los cargos de alto rango, no solo en la justicia, sino en la gran mayoría de profesiones. En la Rama Judicial colombiana, solo el 31% de los magistrados de las cortes y el 38 % de los magistrados de tribunales o consejos seccionales son mujeres.
Uno de estos obstáculos son los denominados “techos de cristal” que son barreras informales, pero institucionalizadas que nos impiden llegar a las esferas profesionales más altas y ser promovidas a cargos directivos.
Hemos logrado avances muy significativos para superarlos. La sociedad ha transformado positivamente sus concepciones y las mujeres hemos demostrado que no hay razón para subestimarnos. Somos perfectamente capaces de asumir este tipo de roles en la profesión legal y en cualquier otra. Sin embargo, debemos continuar trabajando en este aspecto para lograr superar este tipo de obstáculos en su totalidad.
Á. J.: ¿Cuándo se podrá tener una verdadera equidad en cuanto a igualdad de oportunidades laborales para mujeres y hombres en ejercicio profesional?
C. P.: Según las investigaciones en la materia, el obstáculo que aún persiste en mayor medida para las mujeres son las “puertas giratorias”. Este fenómeno no solo explica porque las mujeres pocas veces somos designadas para cargos directivos, sino también porque algunas desertan del mundo laboral debido a la doble carga familia-trabajo. Esto nos ha llevado a una doble negación: en el trabajo, nos enfocamos en dejar de lado las obligaciones domésticas y familiares, mientras que en nuestros hogares realizamos las tareas de cuidado como si no tuviéramos una carga laboral.
Para superar este obstáculo y lograr la igualdad de oportunidades para las mujeres en la profesión legal, una medida muy importante será implementar mecanismos que nos permitan acceder a cargos de liderazgo y realizar ajustes razonables que contemplen nuestro rol familiar.
Á. J.: ¿Cómo ve el ejercicio profesional del abogado(a) de cara a todas las tecnologías e inteligencia artificial (IA) que impactan la profesión? ¿Cómo hacer para que sean ayudas útiles y no amenazas a la profesión?
C. P.: Considero que las tecnologías y la IA deben entenderse como herramientas complementarias que pueden potenciar el ejercicio profesional del abogado, más que una amenaza. Como herramienta, su mayor ayuda radica automatizar tareas operativas o mecánicas –como la búsqueda normativa, la sistematización de información o la redacción de documentos estándar– que no requieren un juicio jurídico profundo ni experiencia especializada.
El verdadero valor agregado del abogado no está en citar normas o replicar conceptos legales, sino en su capacidad de análisis, en la interpretación estratégica del Derecho, en la comprensión del contexto y en la toma de decisiones informadas que requieren criterio, experiencia y sensibilidad frente a los matices de cada caso. Es ahí donde la tecnología no nos reemplaza, sino que nos habilita: libera tiempo para que podamos enfocarnos en lo que realmente importa.
El reto no es resistirse a la tecnología, sino integrarla de forma inteligente. La clave está en entender que la IA puede replicar conocimiento, pero no reemplazar el juicio.
Á. J.: Recientemente se expidió un nuevo Código de Procedimiento Laboral y de la Seguridad Social, la reforma pensional fue devuelta al Congreso y se aprobó una reforma laboral. ¿Cómo se preparan los laboralistas y PPU para tantos cambios normativos?
C. P.: El ejercicio del derecho laboral exige, por naturaleza, una actualización constante. Sin embargo, el contexto actual nos reta a ir más allá del estudio normativo tradicional.
Como laboralistas debemos entender que un cambio normativo no implica únicamente conocer la nueva disposición, sino también dominar el régimen anterior. En áreas como la seguridad social y el derecho procesal, muchas normas derogadas siguen siendo aplicables. Un ejemplo claro es el régimen de transición pensional, que mantiene vigentes disposiciones de la Ley 100 de 1993 para ciertos afiliados, de allí que no sea suficiente el simple estudio de la reforma pensional, pues esto no permitiría la asesoría y representación legal de posibles clientes beneficiarios del régimen de transición.
En PPU, asumimos estos cambios con rigurosidad y visión estratégica. Desde que los proyectos eran apenas iniciativas legislativas, hicimos un seguimiento detallado de cada debate, no solo para anticipar el contenido final de las normas, sino para comprender su propósito, alcance y los desafíos que podrían implicar en la práctica.
Por eso, más que adaptarnos, nos preparamos de forma proactiva: combinamos análisis normativo, comprensión jurisprudencial y una lectura crítica del contexto político y social.
Á. J.: ¿Qué mensaje comparte con los estudiantes y abogados en ejercicio del país, especialmente con las mujeres en este mes que se celebró su día?
C. P.: Ustedes son esenciales para continuar en este camino. La dedicación de cada uno de ustedes es un paso más hacia el fortalecimiento de esta industria en el país. Eviten perpetuar estereotipos y barreras para las mujeres como colegas. En su lugar, promuevan su inclusión y crecimiento en nuestra profesión.
A las mujeres, no permitan que las barreras de género limiten sus aspiraciones. Su voz es poderosa y necesaria para construir un sistema legal más inclusivo. Su trabajo y compromiso son un testimonio de la capacidad y fortaleza de las mujeres en el ámbito legal. Cada una de sus victorias es un logro para todas las mujeres que siguen sus pasos. Continúen abriendo caminos y demostrando que el talento y la determinación no tienen género.
Recuerden siempre que su trabajo tiene un impacto profundo y duradero. Cada esfuerzo cuenta, cada paso adelante es una contribución a un futuro más justo y equitativo. Sigamos adelante con determinación, sabiendo que estamos construyendo un legado de justicia y equidad para las generaciones venideras.
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