El Consejo Superior de la Judicatura declaró no válida una sentencia de tutela al encontrar que fue suscrita por los dos magistrados titulares de la sala, quienes tenían posiciones divergentes. Ante la falta de consenso sobre el proyecto presentado, la sala dual convocó a un conjuez para solventar el empate (el ponente concedió el amparo y el otro juez salvó el voto al considerar que debía ser negado). Para el alto tribunal, por esa irregularidad y la falta de firma del conjuez convocado, no se puede predicar la existencia de una verdadera decisión, que se exige mayoría simple (M. P. Julia Emma Garzón de Gómez).