De acuerdo con las garantías derivadas del debido proceso, los menores tienen derecho a ser escuchados en todos los asuntos que los afecten y su opinión debe ser tenida en cuenta en función de su edad y su grado de madurez, así lo advirtió la Corte Constitucional al encontrar que en un proceso de reglamentación de visitas, custodia y cuidado personal el juez nunca escuchó a la niña involucrada, ni valoró su testimonio a pesar de reposar en el expediente. Sin embargo, señaló que el derecho los menores a ser escuchados no es absoluto. En el caso analizado, el juez de familia otorgó la custodia sin escuchar directamente la opinión de la menor, lo que para la sala de revisión es una decisión jurídicamente aceptable y está ampliamente justificada por el ejercicio de la autonomía judicial, ya que la menor fue oída por especialistas y peritos del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Finalmente, fijó las directrices para poner fin a los trámites judiciales en los que, durante más de siete años, la prima hermana del padre, la madre y el padre se disputaron la custodia. En su opinión, la mejor manera de armonizar los derechos de la menor con los de sus familiares es partiendo de la presunción en favor de la familia biológica, a pesar de los presuntos actos sexuales y violencia intrafamiliar de los padres, quienes fueron absueltos en todas las instancias (M. P. Luis Ernesto Vargas Silva).