Conductas como sujetar la admisión y permanencia en el empleo a la no afiliación al sindicato, otorgar privilegios para desestimular la vinculación a este, crear regímenes diferenciales entre los trabajadores no sindicalizados y los sindicalizados y los despidos masivos de estos últimos atentan contra la libertad sindical. Así lo reiteró la Corte Constitucional al recordar que esas actuaciones discriminatorias por parte del empleador son ilegítimas e ilegales, pues afectan las dimensiones individual, colectiva e instrumental de ese derecho. A su juicio, tales actos obstruyen la afiliación a la organización sindical, lo que amenaza su existencia y, además, cercena la oportunidad de acudir al patrón para reivindicar sus derechos (M. P. Jorge Iván Palacio).