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Actualizado hace 11 hours | ISSN: 2805-6396

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Especial acuerdo de paz con las Farc


10 razones para votar por el Sí o por el No

26 de Septiembre de 2016

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Roy Barreras

Senador de la República, autor del plebiscito y Presidente de la Comisión de Paz

1. En primer lugar, una razón fundamental: una democracia amplia y abierta necesita más votos. Una democracia se legitima y se enriquece con su voto. Vote, cualquiera que sea su decisión, pero vote, para que la democracia sea más robusta, vigorosa y legítima.

El principal motivo para que los seres humanos y las comunidades podamos vivir en paz es que, a diferencia de las fieras, hemos sido capaces de construir un Estado de derecho. Un Estado que reconoce la existencia de reglas de juego que nos permitan convivir, compartir y dirimir los conflictos pacíficamente apelando a la ley y a la Constitución.

2. Colombia ha padecido durante 52 años la presencia de un grupo armado ilegal que ha combatido violentamente las instituciones y ha desconocido el Estado de Derecho. Este proceso ha logrado que esa organización entre a la institucionalidad, al punto de que, en el acuerdo político-jurídico, esta organización aceptó no solo el paso por el Congreso, sino los fallos de la Corte Constitucional. Que una organización guerrillera haya aceptado esto en un Estado de derecho es un logro jurídico sin precedentes.

3. La tercera, humana y elemental, es que el Sí salva vidas. En un conflicto con ocho millones de víctimas y 220.000 muertos, la continuidad del conflicto armado supone la pérdida de nuevas vidas. Eso significa que el voto por el Sí salvará las vidas de quienes ya no tendrán que morir en esta guerra.

4. La cuarta razón es que esta vez todos los lectores de ÁMBITO JURÍDICO no votarán por un candidato o por un partido. Su voto parará una guerra.

5. La quinta, quizá la más simple, es que el voto por el Sí desarma a las Farc y el voto por el No, las mantendrá armadas. Aún aquellos a quienes no es el perdón o la reconciliación lo que les guía, sino sentimientos de frustración y rabia por las crueldades de la guerra, les decimos que el voto por el Sí desarma a las Farc. El voto por el No hace que se mantengan armadas y, por tanto, continúe el conflicto. 

6. La sexta es una razón económica. La guerra cuesta 77.000 millones diarios, pero no solamente son los costos invertidos en seguridad y defensa que están cerca de 27 billones de pesos al año. Son los costos derivados de atender la problemática social del desplazamiento, y de los daños en infraestructura vial, petrolera y ambiental. Un país en paz como Colombia crecerá cerca de dos puntos porcentuales del PIB con la buena noticia del fin del conflicto.

7. La séptima tiene que ver con la justicia. A pesar de que se ha mentido tanto sobre este proceso y la impunidad, este es el único proceso de paz en Colombia en el que el grupo guerrillero -aún antes de desarmarse- acepta someterse a un tribunal de justicia transicional, que, como lo ha dicho la Fiscal de la Corte Penal Internacional, cumple con los estándares del Estatuto de Roma. Es la guerra la madre de la impunidad, es en la guerra que no logran judicializarse los delitos y es por la guerra que no se conoce la verdad. La justicia, la verdad, la reparación y la no repetición son posibles con la paz y no con la guerra.

8. La octava razón se relaciona con las especiales características de este proceso de paz. Este es el único en el mundo que está cruzado por un enfoque étnico y de género, que implica la construcción de una sociedad más incluyente donde se reconozcan el multiculturalismo y el sufrimiento de la mujer colombiana, como principal víctima de la guerra.

9. Y la novena busca responder ¿Qué pasaría si gana el No?  El Presidente deberá obedecer la sentencia de la Corte Constitucional y acatar la decisión de los colombianos. Si gana el Sí, se implementarán los acuerdos y si gana el No, los acuerdos han fracasado, y se termina el cese del fuego bilateral, desaparece el monitoreo de la ONU, los países amigos regresarán a su casa y nosotros seguiremos disparando.

10. El voto por el No, no resuelve ningún problema. El voto por el Sí no los resuelve todos, pero resuelve el conflicto con la guerrilla más grande y más vieja del mundo. Démosle una oportunidad a la Paz, le hemos dado todas a la guerra. El voto por el Sí salva vidas, para una guerra y desarma a las Farc.

No

José Gregorio Hernández Galindo

Expresidente de la Corte Constitucional

Advirtiendo que –como se puede ver en mis escritos de estos años- , he sido y soy amigo del proceso de paz que inició el actual Gobierno, y que estoy convencido de que el diálogo es el camino adecuado para llegar a la terminación de los conflictos armados de origen político, no me convence el Acuerdo Final -ese farragoso documento de 297 páginas, al que le faltan varios párrafos y que es desconocido para la mayoría de los colombianos-. Por tanto no puedo votar afirmativamente en el plebiscito.

Mis razones, entre otras:

1. La pregunta no recae sobre una determinada política de Estado, ni alude a una decisión, como ha debido ser tratándose de un plebiscito, sino a un escrito con pretensión de norma –porque, según el Acto Legislativo 01 del 2016, se incorporará como acuerdo especial de los que contempla el artículo 3º común a los convenios de Ginebra de 1949 y hará parte del bloque de constitucionalidad. Además –según el mismo acto legislativo-, el Congreso deberá convertir en reformas constitucionales y en leyes lo allí pactado, sin poder discutir ni modificar lo que presente el Gobierno, y, por si fuera poco, el Presidente de la República gozará de facultades extraordinarias que él mismo se puede prorrogar.

2. Los votantes van a apoyar emocionalmente un documento cuyos contenidos y verdaderos alcances ignoran. Propaganda engañosa, como la de Joseph Goebbels. Se ha usado el plebiscito a la manera de los dictadores, para “legitimar” lo actuado, con apariencia de respaldo popular.

3. En muy buena parte, no me identifico con el sentido de lo pactado -por ejemplo en materia de justicia, por razones similares a las expuestas públicamente por el Vicepresidente de la República; o en cuanto a la posibilidad de revivir procesos fallados, desconociendo la cosa juzgada y el principio non bis in idem-, y creo que uno debe ser coherente y honesto al votar, en especial cuando se trata de asuntos de tanta trascendencia. No puedo respaldar con mi voto un documento que no comparto en su integridad.

4. El Acto Legislativo 01 del 2016 se tramitó inconstitucionalmente. Contra lo establecido en el artículo 375 de la Carta Política -según el cual en el segundo periodo de sesiones para aprobar un acto legislativo “sólo podrán debatirse iniciativas presentadas en el primero”-, en este caso fueron introducidos temas de fondo en los debates de la segunda vuelta, inclusive en el séptimo y el octavo.

5. No comparto la adopción del Acuerdo Final como Acuerdo Especial, al amparo del artículo 3º común de los convenios de Ginebra, ni con su incorporación al bloque de constitucionalidad. Considero que los acuerdos con las Farc no encajan en el supuesto de la norma internacional, que se refiere a conflictos en curso, no a los terminados, como se supone que ocurre con este.

6. No me parece ajustado a Derecho, ni a la realidad, considerar el narcotráfico como delito conexo con el delito político.

7. Rechazo que en el sistema de justicia especial de paz tengan cabida jueces extranjeros o designados por una ONG internacional, y ni siquiera por Naciones Unidas. Afortunadamente, el Papa no aceptó. Ese es un asunto de la soberanía del Estado colombiano, que no podemos confiar a foráneos, por destacados que sean, ajenos a nuestra realidad y a nuestro Derecho.

8. No comparto la concesión de facultades extraordinarias al Presidente, imprecisas y autoprorrogables, pues con ello se rompe una larga tradición jurídica y democrática, resguardada por la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia y de la Corte Constitucional.

9. En el Acuerdo hay demasiados compromisos y obligaciones que asume el Estado colombiano, que, a su vez, no hizo exigencias como la liberación de todos los secuestrados y de los menores reclutados.

10. No están claras en el texto las reglas sobre penas. El lenguaje es melifluo y engañoso. Pienso que habrá impunidad para delitos cometidos contra la humanidad.   

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