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Filosofando sobre el proceso judicial

Ningún método judicial es infalible y, por el contrario, es común que, en cambio de juzgar, los jueces prejuzguen.
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Filosofando sobre el proceso judicial

23 de Mayo de 2025

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José Miguel De la Calle
Socio de Garrigues

El objetivo central de un proceso judicial adversarial es la búsqueda de la verdad, al menos de la verdad procesal, con base en el análisis de los hechos del caso, y teniendo como marco de acción las normas jurídicas aplicables. Siendo que la filosofía, y en especial la epistemología, busca determinar los principios que nos permiten acceder al conocimiento verdadero de la realidad, vale la pena, a modo de ejercicio especulativo, tratar de mirar el proceso a la luz de las principales escuelas filosóficas.

El racionalismo clásico afirma que la razón es la fuente del conocimiento y que la verdad es alcanzable usando el pensamiento lógico, partiendo de la base, además, que muchas verdades son evidentes por sí mismas y no requieren de una prueba empírica. Rene Descartes propuso el método deductivo que permite alejarse de los prejuicios y arribar a la verdad mediante un proceso cognitivo en el que se decanta una premisa menor a la luz de una premisa mayor. Así, un juez que fuera estrictamente racional construiría las conclusiones de su sentencia aplicando el silogismo cartesiano, y contrastando su conocimiento a priori con los hechos específicos del caso.

En la esquina opuesta, el empirismo radical liderado por David Hume indica que el conocimiento se produce solo desde la experiencia empírica y que la conclusión ha de surgir, a modo de resultado a posteriori, una vez que los análisis prácticos ofrezcan una conclusión verificable. El empirismo se opone a la idea de leyes universales o absolutas.

Immanuel Kant se aparta del criterio de Hume, rechazando la idea de que el único medio para alcanzar el conocimiento es la prueba empírica y se opone también a la visión de los racionalistas –a los que llama dogmáticos– para proponer una tercera vía, el idealismo, en el que se acepta a la ciencia como un medio idóneo para alcanzar leyes universales o verdades absolutas, pero afirma, además, que el conocimiento se produce mediante la capacidad sensitiva humana que nos permite crear conceptos y categorías conceptuales, a partir de las percepciones de los sentidos.

El positivismo de Comte también puso a la ciencia en el centro del conocimiento, y se podría decir que el método jurídico del mundo occidental está fuertemente influido por el pensamiento positivista. El problema, volviendo a Kant, está en que la percepción subjetiva de cada sujeto es distinta y el objeto termina definido por el filtro perceptivo del sujeto. En ese sentido, un juez kantiano aprovecharía la ciencia (por ejemplo, mediante pruebas periciales) y sus propios conceptos mentales que ha construido a lo largo de la vida, pero no puede evitar que sus percepciones subjetivas influyan su decisión final, lo que, en todo caso implica un riesgo de error judicial.

Se podría decir que la dialéctica de Hegel es la escuela que más similitud encuentra con la forma típica de acceder a la verdad de los procesos adversariales, pues entiende que la verdad surge como resultado de la confrontación de opuestos. Así, el choque de ideas permite la aparición de la verdad como proceso cognitivo. Sin embargo, paradójicamente, tampoco parece que Hegel admita la posibilidad de llegar a una única verdad cierta e incontrovertible, pues señala que cada cosa es lo que es por su relación con las demás cosas y que, en ese sentido, lo falso es parte esencial de lo verdadero.

En últimas, ningún método judicial es infalible y, por el contrario, es común que, en cambio de juzgar, los jueces prejuzguen, tal como lo señala el icónico exjuez Richard Posner de una forma un tanto exagerada, pero demoledora: “Los jueces rara vez razonan a partir de reglas generales para llegar a sus decisiones. En su lugar, tienden a resolver primero el caso, de forma intuitiva o visceral, y luego se dedican a racionalizar esa conclusión” (¿Cómo deciden los jueces?, Marcial Pons, 2011).

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