La carta de salvaguarda, cuyo fin es garantizar tanto al auditor como al auditado que la información solicitada por la contraloría territorial es fidedigna, real, única y veraz, tiene relación directa con las normas de auditoría que se aplican a nivel internacional. Por lo tanto, deben ser tenidas en cuenta en la metodología empleada. En algunos casos, por ejemplo, se utiliza para no correr el riesgo de que el sujeto de control determine que los documentos entregados no son reales y que, en su defecto, se deben revisar otros. Así lo indicó la Contraloría General de la República, en oficio de junio.