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Actualizado hace 5 hours | ISSN: 2805-6396

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Memoriales


Firmas de abogados: la apuesta regional

29 de Enero de 2014

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En los últimos tres años, se han venido dando importantes movimientos en el mercado legal colombiano: de un lado, la llegada de firmas extranjeras como Norton Rose, Holland & Knight, y Garrigues; y del otro, la reciente expansión de bufetes locales con sede principal en Bogotá hacia otras ciudades colombianas, como Barranquilla y Medellín. Es el caso de Posse Herrera Ruiz (PHR), Cavelier Abogados, (CA), Muñoz Abogados y Prietocarrizosa (PC), entre otros. Por su parte, Gómez-Pinzón Zuleta (GPZ) opera desde hace varios años en la capital de Antioquia.

 

Ahora bien, ¿qué motivó a las firmas para invertir en la apertura de nuevas oficinas en estas capitales? En primer lugar, el estar más cerca de sus clientes y, en segundo, su larga tradición empresarial y de negocios. Así lo cree Jorge Di Terlizzi, socio de PC en Barranquilla, quien afirma que, además de Bogotá, “Colombia tiene otras ciudades capitales con características muy atractivas para la operación de las firmas. Nosotros comenzamos por Barranquilla, porque vemos en ella un gran potencial y unas cifras de inversión muy interesantes”.

 

Sin desconocer el liderazgo de Medellín, es innegable que la capital del Atlántico se está convirtiendo en el principal polo de desarrollo e inversión para la Región Caribe. Según ProBarranquilla, la agencia de promoción de inversiones de la ciudad que apoya a las empresas interesadas en abrir operaciones allí, la entrada en vigencia del tratado de libre comercio (TLC) con EE UU y los acuerdos comerciales con otros países, así como los grandes proyectos de infraestructura, entre los que se cuentan tres zonas francas, la construcción de una segunda vía circunvalar, la Ruta del Sol y el corredor portuario, han propiciado un clima inmejorable para la inversión, la llegada de nuevas empresas y el despegue de las alianzas público-privadas.

 

Para Felipe Aroca, socio de PHR, “la decisión de abrir en Barranquilla está ligada al liderazgo empresarial de la ciudad, que ha mostrado un crecimiento enorme a nivel de proyectos de inversión público-privados. También nos permite estar más cerca de nuestros clientes actuales para atender sus asuntos con mayor rapidez. Desde el punto de vista portuario, Barranquilla está dando los pasos para ser en la práctica la capital colombiana del TLC con EE UU. Apostamos por ella como polo de desarrollo y de inversión a nivel de toda la región Caribe colombiana”.

 

Esa misma cercanía con los clientes motivó en buena parte la llegada de GPZ y CA a Medellín; la primera, hace 10 años, y la segunda en enero del 2012. Según explica María José Laserna, cabeza de la oficina de CA en la capital antioqueña, “el objetivo era brindar más comodidad a nuestros clientes, acompañarlos activamente en todos sus proyectos con un servicio jurídico personalizado y consolidar nuestras excelentes relaciones comerciales con el empresariado antioqueño”.

 

Como es de suponer, las áreas de práctica que más dinamismo tienen, tanto en Barranquilla como en Medellín, están directamente relacionadas con su vocación empresarial y abordan temas aduaneros, portuarios, fusiones y adquisiciones, asuntos tributarios, societarios y laborales y, desde luego, los relacionados con el comercio exterior, el derecho corporativo y el derecho minero-energético.

 

“Según nuestro análisis del mercado empresarial, también vemos un enorme potencial en asuntos de planificación fiscal, esto es, asesoría en temas regulatorios y tributarios a partir de recientes reformas. Además, se espera que los asuntos derivados de las asociaciones público-privadas requieran más apoyo legal, dado que son novedosos y complejos”, complementa Aroca.

 

Los retos

Los desafíos para las firmas colombianas que tradicionalmente despachan desde Bogotá y que ahora ofrecen sus servicios de manera directa y personalizada en otras ciudades son enormes. De un lado, deben recuperar una inversión cuantiosa en términos de talento humano, planta física y costos administrativos; de otro, conquistar un nuevo mercado, lo cual requiere tiempo y confianza entre los clientes locales, acostumbrados durante años a los bien reputados servicios de abogados que dirigen sus propias oficinas. El caso de Barranquilla es diciente: según cifras de la Cámara de Comercio, la ciudad registra 150 empresas dedicadas a la prestación de servicios legales, lo cual supone para las firmas recién llegadas un entorno de abierta competencia.

 

No obstante, abogados como Aroca sostienen que en Barranquilla no había firmas, “sino prácticas muy prestigiosas de reconocidos abogados. Nosotros no venimos a competir en ese segmento, sino a ofrecer servicios con un enfoque altamente especializado en las diferentes áreas, tal como lo haría una firma de primer nivel y larga experiencia”.

 

Lo mismo opina Di Terlizzi, quien afirma que “no hay más firmas por fuera de Bogotá, al menos en Barranquilla. Hay oficinas individuales muy exitosas, especialmente en temas laborales y tributarios, así como otros litigantes reconocidos. Pero no creo que entremos a competir con esos abogados que ya tienen sus clientes. Nosotros llegamos en buena medida para acercarnos a clientes que ya teníamos. Muchos de ellos estaban cansados de tener abogados en Medellín y en Bogotá. Honestamente, le estamos apostando a lo que viene, al enorme potencial de esta ciudad”, concluye.

 

Desde el punto de vista humano, la llegada de las firmas tiene otra ventaja: el regreso a sus ciudades de origen de abogados como Aroca, nacido en Barranquilla. Al igual que él, muchos otros profesionales del Derecho tuvieron que trasladarse a Bogotá o al exterior para adelantar sus estudios en busca de mejores oportunidades. Y aunque la experiencia de salir no es en sí misma negativa y, por el contrario, amplía los horizontes y el bagaje de cualquier persona, son muchos los que al final añoran regresar para poner en práctica lo aprendido. “Trabajar en una firma de primer nivel solo era posible en Bogotá, con un costo alto en el plano personal para el profesional. Al estar aquí, tenemos una motivación extra y sentimos que también aportamos al desarrollo y al progreso de nuestra ciudad. Además conocemos mejor que nadie la cultura local, algo muy valorado por nuestros clientes”, concluye Aroca.

 

Por su parte, Ricardo Fandiño, socio de GPZ, afirma que “la llegada de la firma no solo implica el regreso de profesionales radicados en otras ciudades, sino reconocer que en Medellín hay una muy buena oferta de talento local, algo que hemos podido constatar a lo largo de 10 años en la capital antioqueña”.

 

Si bien es demasiado pronto para decir que la apuesta regional de las firmas dará los resultados esperados, no cabe duda de que los grandes beneficiados son los clientes: “Creo que eso es bueno para la ciudad y para nosotros, que llevamos varios años con las firmas de Bogotá. Ahora los sentimos más cerca y eso nos da mucha más confianza”, dice el gerente de una empresa importadora que recibe asesoría legal en Medellín.  Esa misma confianza deberá traducirse en más clientes y en más negocios para las firmas, que tendrán en este 2014 una exigente prueba para su estrategia de crecimiento hacia otras ciudades y mercados colombianos.

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