Opinión / Columnistas
Consejo de Gobierno Judicial, más de lo mismo (¡o peor!)
11 de Noviembre de 2015
José Manuel Acevedo M. Director Ejecutivo Instituto Libertad y Progreso @Josemacevedo |
No pinta bien el arranque del llamado Consejo de Gobierno Judicial (CGJ) que debería traer consigo una ruptura radical frente a las malas prácticas que venían desde 1991 e imponer un estilo más gerencial y menos politiquero dentro de la Rama Judicial. Y es que los vicios que se tomaron la judicatura pueden ser fatalmente heredados por el nuevo órgano de administración de justicia en proceso de formación si la sociedad civil no interviene enérgicamente para advertir las irregularidades que se están presentando en los procesos de elección de los representantes que tendrán asiento en la máxima instancia de gobierno judicial en Colombia.
Para empezar, las campañas de hace unos meses para elegir a representantes de los magistrados parecían más propias de concejales y diputados que de miembros de una rama que debería ser ajena a las prácticas clientelistas. Recepciones con costosas comidas y licores y hasta avisos publicitarios en la prensa nacional de algunos de los aspirantes hicieron que el proceso electoral interno replicara tristemente comportamientos de la política tradicional colombiana.
Lo más grave es que algunos meses después de esa elección existen delicadas denuncias que apuntan a que el 80 % de la votación del representante de los magistrados de los tribunales se concentró en los departamentos de la costa, mientras que algunos distritos judiciales aparecen en las actas finales como si no hubiesen participado en la elección a pesar de que hubo varios votos efectivos en los primeros conteos.
Entretanto, algunos apuntan a que la representante de los empleados de la Rama Judicial carece de voz propia y pareciera atender siempre a las órdenes de alguno de sus jefes que la controlan desde Asonal Judicial.
Pero lo más preocupante del descrédito con el que se inaugura el CGJ está en el proceso de elección de los tres representantes técnicos que están llamados a garantizar independencia y experiencia a toda prueba. Al momento de escribir esta columna, no se había hecho la preselección de los 15 candidatos a los que se oiría en audiencia pública, tampoco se habían informado los criterios de clasificación de los mismos y en cambio, hasta este punto, se habían violado todos los términos señalados en la convocatoria, incumpliendo cada fecha sin justificaciones válidas que ameritaran las sospechosas prórrogas de las distintas etapas en el proceso de elección.
Se ha negado el principio de publicidad en todo momento, pues como pueden dar fe los miembros del colectivo Elección Visible, encargados de ejercer veeduría en este proceso de selección de los miembros técnicos del CGJ, cuando solicitaron las hojas de vida de todos los aspirantes les fueron negadas invocando una excepción de protección de datos que no debería tener lugar en un proceso de elección pública como este.
Con tanto secretismo y falta de transparencia en el procedimiento, las suspicacias por la forma en que se está creando el CGJ son bien fundadas y la sensación de que todo cambió para que en realidad nada cambie nos llena cada día más de pesimismo frente al futuro de este órgano que, además, será el encargado de escoger al gerente de la Rama Judicial. Bien se dice que lo que mal comienza, mal termina.
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