Consultoría en negocios internacionales de cara a la revolución industrial 4.0

Pilar Rattan

Founder/Partner 9Alliance

Pilar.rattan@9alliance.co

 

Una de las tendencias que marcó de forma dramática a los abogados corporativos y consultores en materia de inversión extranjera, comercio exterior y negocios internacionales en Colombia fue la globalización, a finales de los años noventa.

 

En ese entonces, no se trataba únicamente de ser expertos en todas esas nuevas regulaciones que flexibilizaban las relaciones comerciales en el mundo, sino que también debían afrontar cambios  organizacionales y adquirir otras destrezas que no habían sido tan importantes en el pasado, como el multilingüismo, el entendimiento de la diversidad en los seres humanos, la incorporación de culturas extranjeras en las empresas, los conocimientos de otras disciplinas, las alianzas y conformación de redes internacionales de asociados, la adquisición de habilidades empresariales y la visión de negocios en los abogados, la innovación en modalidades de contratos y estructuras legales utilizadas en el mundo, la debida diligencia y valores y las habilidades de liderazgo, entre otros aspectos que abanderaron la oferta de servicios legales.

 

Hoy, en todo el mundo estamos de cara a “La cuarta revolución”, que consiste en una tendencia a la automatización, al internet de las cosas y la ampliación del cloud computing o nube. Casi todas las industrias atraviesan por la transición hacia nuevos sistemas que fueron generados por la reciente “revolución digital” o “tercera revolución industrial”. Esta revolución tecnológica, a través de redes inteligentes, impacta nuestra era global, facilitando la internacionalización, es decir, los países desarrollados que lideran la automatización buscan expandir sus industrias a países emergentes que tengan cierta infraestructura tecnológica y capital humano de calidad para apostar por la cadena de valor.

 

Colombia es, sin lugar a dudas, un país atractivo para la inversión extranjera, y también nuestras empresas siguen expandiendo sus fronteras. Por ello, los abogados tienen retos que afrontar, en aras de alcanzar un verdadero concepto de sofisticación del cliente que, de plano, ya conoce los beneficios de la revolución industrial en países abanderados en el mundo.

 

Inteligencia artificial

 

Expertos en el conocimiento científico han expresado abiertamente que los servicios profesionales de consultoría legal y abogacía están siendo afectados dramáticamente por la inteligencia artificial. Existen ya en el mercado ofertas de servicios legales con inteligencia artificial y abogados robots, como Ross, de IBM. Un caso para mencionar, LawGeex, que ha automatizado la revisión de contratos y documentos legales, recientemente hizo pública una competencia entre sus abogados artificiales con abogados humanos expertos en temas contractuales, revisaron acuerdos de confidencialidad y los abogados artificiales demostraron una efectividad mayor para analizar volúmenes de documentos y cláusulas en tiempos que ningún humano supera. 

 

Obviamente, entrar a competir con procesos y actividades legales que puede desarrollar la inteligencia artificial no es la idea. La clave es hacer uso de ella, por ejemplo, para hacer investigaciones y análisis de documentos de gran volumen justamente en minutos y no tener que utilizar horas de trabajo humano y concentrar la fuerza mental del abogado para la estrategia. La rapidez en la respuesta y exactitud en información obtenida de todas las fuentes posibles podría permitir ofrecer modelos de servicios legales diferentes con estructuras muy ligeras y eficientes. La consultoría legal se atendería en tiempos nunca imaginados, una real reducción de costos y baja de honorarios pues el concepto trabajo por hora será totalmente revaluado por la inteligencia artificial.

 

Contratos inteligentes (‘smart contracts’) y ‘blockchain’

 

La mayor parte de negocios internacionales ha sido siempre soportada por contratos, y dependiendo de su naturaleza e intervinientes, en su gran mayoría son escritos y sujetos a formalidades. La elaboración de algunos contratos puede ser dispendiosa y costosa, además que la gestión misma de los contratos se hace cada vez más exigente para evitar pérdidas de ingresos por incumplimientos o sanciones.

 

Como respuesta a la era digital surgieron los contratos inteligentes que se han basado en la plataforma de blockchain (conocida por las criptomonedas), pero hoy utilizada en áreas de vital importancia para el comercio internacional. Blockchain o “cadena de bloques” es una plataforma donde se negocian activos digitales, y se hacen transacciones muy seguras, liberando casi todos los riesgos de pérdida y actos de mala fe, sin necesidad de entidades intermediarias, como, agentes, bancos u organismos de control.

Además de esta autonomía, los contratos inteligentes que se realizan bajo la plataforma de blockchain se ejecutan y se cumplen por sí mismos automáticamente, a través de programas que no permiten ser intervenidos por los contratantes. Es decir, no están sujetos a cambios de parecer o interpretaciones de las partes, funcionan mediante la programación de órdenes irreversibles que se ejecutan de manera automática cuando se cumple un evento. Esta plataforma ya está siendo utilizada para realizar pagos nacionales e internacionales por el sector financiero a nivel global, pero en realidad se podría hacer cualquier tipo de transacción en tiempo real y de manera simple y con la certeza absoluta de cumplimiento.

 

El reto para el consultor legal en esta era es establecer altos estándares contractuales e innovar en la contratación de bienes y servicios a través de medios electrónicos, aprovechando al máximo la automatización, para una óptima gestión de un mayor número de contratos. El resultado será alcanzar el máximo del valor generado por la operación comercial para las partes y la reducción de riesgos en los negocios internacionales. No obstante, se deberán superar aún limitaciones regulatorias y normativas propias de cada industria.

 

Aunque los scripts de un blockchain pueden ser creados por inteligencia artificial, también será un reto para los abogados coadyuvar a conformar los algoritmos del contrato digital, pues siempre será necesario innovar en mapas contractuales y desarrollo de modelos de negocios para la programación de los contratos inteligentes.

 

Cumplimiento y ética

 

Otro de los elementos importantes en la consultoría de negocios internacionales es el entendimiento de la protección jurídica con una perspectiva mucho más amplia, cuyas tendencias en cumplimiento normativo trascienden a nivel mundial: la lucha contra la corrupción y el soborno, la cultura ética, la prevención de blanqueo de capitales y la protección de datos, entre otras, están cambiando la forma como se hacían las cosas y el mundo empresarial se ha transformado.

 

En este aspecto, el consultor de hoy debe apoyarse tanto en la automatización como en todas las opciones digitales para brindar soluciones que empoderen a los clientes y empresas en una actividad de cumplimiento para cualquier operación comercial, estableciendo y vigilando una cultura ética y una lucha frontal contra el soborno.

 

Aquí nos toca ir más allá de diseñar simplemente políticas y enunciados que velan por la protección de los valores éticos corporativos y de los negocios. Se requiere demostrar resultados con programas de ética y cumplimiento, reformulando “el hacer” negocios de cada organización para garantizar que las soluciones se implementen y mantengan de manera efectiva a largo plazo.

Es por esto que surgen conceptos como el complience 360º, que hace referencia a la prevención de cualquier delito en una organización o cualquier responsabilidad civil, mercantil, fiscal, laboral, administrativa, corporativa, entre otras, y el IT complience, que se caracteriza por la exhaustiva protección de datos, protocolos para comunicaciones electrónicas y ciberseguridad.

 

Por último, de cara a la revolución industrial 4.0, los abogados deben comprender que ser experto no es suficiente y que, además de todas las habilidades que adquirió con la globalización, ahora necesita mayores conocimientos informáticos, versatilidad, creatividad y mente abierta al cambio.