El ejercicio de las profesiones en tiempos de IA
El valor humano de las profesiones no se pierde con la implementación de nuevas tecnologías, al contrario, se arraiga y se potencia.Openx [71](300x120)

04 de Agosto de 2025
Natalia Ospina Díaz
Directora Jurídica y Socia Fundadora
www.abogadotic.co
El 15 de julio de este año, el diario La República anunció la publicación de su primera edición generada 100 % por un sistema de inteligencia artificial (IA); se trata de un sistema entrenado y configurado para redactar artículos a partir de las notas digitales creadas por los periodistas, con capacidad para seguir los lineamientos editoriales, la forma y el estilo establecidos por este diario[1].
La noticia no fue menor, no solo ganó relevancia por lo que representa en términos de innovación, sino que generó un debate interesante sobre el futuro de las profesiones frente al impacto de la IA.
En redes sociales, pude leer varios comentarios en los que encontré personas a favor y personas en contra del desarrollo e implementación de una tecnología con este impacto en las empresas. Sin embargo, me llamaron especialmente la atención los comentarios hechos por un comunicador social que se lamentaba diciendo que el medio de comunicación, con esta actuación, estaba reemplazando personas por tecnología, privilegiando la ampliación del margen de utilidades sobre el capital humano.
Frente a lo anterior, quiero comentar que precisamente el temor a la pérdida de un trabajo y la inconformidad ante la actualización e integración de nuevas tecnologías, así como la inseguridad que genera manejar una nueva herramienta tecnológica, son parte de la llamada resistencia al cambio que experimentan las personas en empresas que han decidido desarrollar procesos de innovación y transformación digital. Desde el punto de vista profesional, creo que debemos entender que el cambio es necesario y, en lugar de resistir, adaptarnos.
Sé que el proceso de adaptación en ocasiones es todo un reto profesional, sin embargo, el reto se debe enfrentar entendiendo que la IA como herramienta no reemplaza, sino que, al contrario, potencia el ejercicio de las profesiones y, de esta manera, sucede también con el Derecho, profesión en la que, a mi modo de ver, la IA hace más fácil el trabajo.
Hablando de abogados, la IA como herramienta, efectivamente, transformará la manera en la que hacemos las cosas, de hecho, habrá un cambio total en nuestras labores y nuestra tarea es lograr que esa tecnología, en nuestras oficinas, trabaje para nosotros, aumentando nuestra productividad y abriéndonos espacio para tareas verdaderamente importantes que muchas veces dejamos de ejecutar en razón a que nos ocupamos en rutinas diarias repetitivas y técnicas.
Por ahora, el reto principal que se nos presenta es la correcta implementación e integración de la IA a nuestros despachos y esto viene acompañado de desafíos, por ejemplo, el entrenamiento y configuración de la herramienta para que lleve a cabo labores como la recopilación y clasificación de información, la redacción inicial de documentos y la automatización de todo proceso que tengamos estandarizado para la prestación de servicios, lo cual requiere la supervisión humana de los resultados obtenidos, que no solo es necesaria, sino indispensable por responsabilidad ética y profesional.
Además, temas claves en los que la confianza, la confidencialidad y la ética profesional no son reemplazables presentan otro reto: la integración de nuevas plataformas o herramientas tecnológicas implica garantizar que los datos que tratamos estén protegidos bajo esquemas de seguridad robustos que nos permitan garantizar la privacidad de nuestros clientes.
Queda claro, entonces, que de ahora en adelante nos podemos dedicar a lo verdaderamente importante, estrategia de negocio, innovación, trato al cliente, argumentación, negociación, etc., mientras encargamos nuestros procesos rutinarios al asistente artificial, sin embargo, como puede deducirse, el conocimiento técnico que desarrollemos en este campo resultará crucial, es un conocimiento que debemos adquirir y apropiar lo antes posible, ya que los profesionales que más rápido se adapten al uso de estas nuevas herramientas y las aprendan a usar en beneficio de la innovación y productividad de las empresas serán los primeros en conservar su trabajo.
Editores, periodistas, abogados, todos debemos adaptarnos teniendo en cuenta que los próximos cinco años serán decisivos empresarialmente; toda empresa o despacho que adopte IA de manera estratégica y responsable no solo estará mejor posicionada, sino que podrá ofrecer servicios más rápidos, con más calidad y precisión.
Volviendo a la noticia con la que iniciamos este artículo, el valor humano de las profesiones no se pierde con la implementación de nuevas tecnologías, al contrario, se arraiga y se potencia; juicio crítico, creatividad, empatía, capacidad de negociación son habilidades que la máquina no puede replicar hasta ahora, esta es una revolución tecnológica que nos da la posibilidad de reinventar nuestras profesiones y evolucionar sin perder la esencia, se trata de utilizar la tecnología como lo que es: una herramienta que a partir de una visión de futuro nos permitirá adaptarnos sin sacrificar la naturaleza humanista de nuestras profesiones.
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