Verbo y Gracia
Manual de escritura jurídica
Fernando Ávila
Fundación Redacción
De un primer buceo por el Manual de escritura jurídica, dirigido por Diego López Medina, destaco las siguientes recomendaciones:
1. Escriba oraciones con arranques enfáticos. Bajo este título se recuerda la buena costumbre de elaborar la frase a partir del sujeto: quién + verbo + qué + a quién, que constituye la esencia de la idea, tras lo cual se pueden agregar los complementos circunstanciales, cómo, cuándo, dónde, por qué, para qué.
2. Prefiera la voz activa. “Enrique fue golpeado por Juan” (voz pasiva), es forma que “esconde o elude información vital”, por lo que resulta a todas luces mejor la información en voz activa, “Juan golpeó a Enrique”. De paso, recomienda el Manual evitar las frases impersonales, “Se aceptó el recurso de nulidad interpuesto por la Agencia…”, y cambiarlas por frases personales (con sujeto), “La Agencia solicitó la nulidad y el juez la aceptó por…”.
3. Evite a toda costa el estilo grecoquimbaya. Con este simpático título, el Manual invita a usar palabras conocidas y actuales, y evitar arcaísmos y rebuscamientos rimbombantes. En esa línea, pide que no se abuse de los tecnicismos ni de las locuciones latinas. En vez de libelo, togado, dubitación…, se puede escribir demanda, juez, duda…
4. Evite el párrafo unioracional. El ejemplo es bien diciente. Se trata de un párrafo de 216 palabras, con un solo punto al final. En mis talleres para abogados, suelo mostrarles párrafos de 54 palabras, con un solo punto al final, es decir, una sola oración (unioracionales), para que los coinviertan en párrafos de 3 oraciones. Este ejercicio exige convertir una idea compleja en 3 ideas simples, fáciles de entender, cada una expuesta en una frase que termine en punto. El cambio de un párrafo con un solo punto a un párrafo con 3 puntos significa una considerable reducción del índice de nebulosidad. Puede bajar de 30 a 15 puntos. Es lo que en mi libro Cómo se escribe llamo “Fórmula 18/54”, que no es otra cosa que escribir un párrafo de 54 palabras, con 3 oraciones de 18 palabras en promedio cada una. ¡Un párrafo de 216 habrá que convertirlo en 12 frases agrupadas en 4 párrafos!
5. Use con moderación los adverbios terminados en -mente. Me recuerda la cátedra permanente de García Márquez. Decía el nobel que él no los usaba “porque son fáciles y feos”, y aseguraba que al cambiarlos el texto inevitablemente ganaba en precisión y belleza.
6. El lenguaje de género en la escritura jurídica. El Manual aborda este incómodo tema con bastante equilibrio. Recuerda el valor genérico del masculino (“El Secretario Ejecutivo será designado…”), a la vez que recomienda el desdoblamiento, cuando haga falta (“Señoras magistradas y señores magistrados”). Incluye algunas recomendaciones incluyentes, como las siguientes: En vez de “los mayores”, “los médicos”, “el interesado”, se puede escribir “las personas mayores”, “las personas que ejercen la medicina”, “la persona interesada”. A la vez, aconseja optar por los sustantivos genéricos (iguales para hombre y para mujer), como persona, víctima, personaje, cónyuge…, o evitarlos: en vez de “Los usuarios pueden solicitar información en la ventanilla 3”, escribir “Para solicitar información, puede acudir a la ventanilla 3”.
7. Evite gritar y manotear, es decir, no abuse de la mayúscula, ni de la negrilla ni de la cursiva, para enfatizar. “La tentación de resaltar debe evitarse”.
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